Los Gobiernos central y vasco e Iberduero, decididos a concluir el proyecto de la central nuclear

La firme decisión de continuar con las obras de la central nuclear de Lemóniz, hasta su conclusión definitiva y puesta en funcionamiento, fue el acuerdo al que llegaron a última hora de la tarde de ayer el Ministro de Industria, Ignacio Bayón, el consejero de industria del Gobierno Vasco, Javier García Egotxeaga, y el presidente de Iberduero, Manuel Gómez de Pablos, en el curso de una reunión celebrada en Madrid. Por su parte, Iberduero ha anunciado que, por el momento y en tanto se llegue al diseño de la solución final, suspenderá los contratos de obra en la central nuclear, que previsiblemente hoy mismo quedará paralizada.

Fuentes próximas a la compañía eléctrica han señalado el carácter temporal de la medida, y sus deseos de que la reordenación de Lemóniz se culmine en un plazo de tiempo lo más breve posible, momento en el que serán reiniciadas las obras de construcción.El objeto del encuentro entre los representantes de las administraciones central y vasca, y el máximo representante de Iberduero, sociedad propietaria de la central de Lemóniz, era encontrar una solución al problema que ha planteado la negativa de los técnicos a reincorporarse a sus puestos de trabajo, tras el asesinato perpetrado por ETAm en la persona del ingeniero jefe de la instalación, Angel Pascual.

Tras la reunión de ayer parece desechada por el momento la posibilidad de que la titularidad de la central nuclear de Lemóniz sea asumida por el sector público, conforme apuntaban los insistentes rumores que corrieron los últimos días en círculos empresariales.

Técnicos extranjeros

Para la reanudación de las obras se procederá a la contratación de técnicos ajenos a Iberduero, en caso de que persista la negativa de los ingenieros de la compañía eléctrica a reintegrarse a sus puestos en la central nuclear.

Ignacio Bayón mostró un énfasis especial en resaltar que este acuerdo no correspondía a una mera voluntad política de reanudar las obras de la central, sino que representa una firme decisión de concluir la instalación, para lo que se adoptarán una serie de medidas adicionales que en este momento están por terminar de definir.

Para García Egotxeaga la reorganización de Lemóniz, aparte de necesitar de la puesta en marcha de los acuerdos del 22 de marzo de 1982 firmados entre el Gobierno Central y el Vasco por una parte, y este último e Iberduero por otra, consta de tres puntos definitivos:

La puesta en marcha de la central, para lo que se contratarán los técnicos necesarios; la adopción de unas medidas de seguridad extraordinarias; y por último la reorganización de la construcción.

Este último punto, aceptado por las tres partes negociadoras, es el que ha provocado la suspensión temporal de los contratos de las obras de la central de Lemóniz. En la central trabajaban unos setecientos empleados de la propia compañía, que serán distribuidos en otros centros, y otros 2.300 contratados para las obras.

Junto a estos trabajadores se verán afectados los 150 contratistas de las distintas fases de la instalación nuclear, y todos sus trabajadores. En medios de la capital vizcaína se estimaba que la suspensión temporal de las obras de Lemóniz puede afectar a unos 7.000 trabajadores.

García Egotxeaga manifestó que se tratará de suspensiones de empleo temporales, y que serán pactadas con el Ministerio de Trabajo.