Dibujos para el juicio del 23-F
En estos días nos son familiares en la Prensa fotografías de los acusados en el proceso judicial contra los miembros de las Brigadas Rojas. Las imágenes de Mario Moretti entre barrotes y de Antonio Savasta esposado son bien conocidas de los lectores de los diarios. Del mismo modo, desde Turquía a Alemania, pasando por Guinea, las cámaras de los reporteros gráficos han estado presentes en todos los procesos seguidos contra presuntos terroristas y han contribuido a dar una imagen real para la Historia en un momento trascendental de sus vidas y de sus países. En España, sin embargo, somos diferentes. En el juicio sobre el 23-F no ha sido posible obtener un solo testimonio gráfico de los acusados y se ha tenido que recurrir forzosamente a la interpetación artística de unos excelentes dibujantes, procedimiento utilizado en las publicaciones de hace siglo y medio, es decir, antes de la invención de la fotografía industrial. ¿Qué razones o qué miedos han dispuesto la ausencia de las cámaras fotográficas en el interior de la sala del juicio? ¿Qué temores suscitan las cámaras filmadoras y qué suspicacias despiertan los equipos de vídeo? No saben quienes de modo unilateral han decidido abortar toda posibilidad de imagen fotográfica o cinematográfica de este juicio -imagen viva y directa- que le han hecho un flaco favor a la historia gráfica de nuestro tiempo. /cineasta.
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