Polémica en Washington sobre el futuro de su Marina

La vulnerabilidad del destructor británico Sheffield, hundido por un misil argentino Exocet, de fabricación francesa, ha provocado una seria polémica en Washington sobre el futuro de la Marina norteamericana, en un momento en que la Administración del presidente Ronald Reagan ha presentado ante el Congreso un plan de 168.000 millones de dólares destinado a la modernización de la Navy. Los expertos polemizan sobre la viabilidad de contar con una potente armada, en una época en que sofisticados misiles, desde decenas de kilómetros de distancia, pueden hundir a poderosos navíos de guerra.Pero según el secretario de la Marina estadounidense, John Lehman, la pérdida del destructor británico Sheffield debe atribuirse a la carencia de suficiente apoyo logístico para detectar y defenderse de aviones enemigos.

La Administración Reagan propone la construcción de dos nuevos superportaviones, con un coste unitario calculado en unos 3.500 millones de dólares. Importe que se eleva hasta un total de unos 12.000 millones de dólares para completar la fuerza de apoyo, integrada por destructores, submarinos y aviones.

El Pentágono considera que la lección de las Malvinas no es válida para prejuzgar el futuro de la Navy, y recuerda los casos del Vietnam o de la reciente crisis del golfo Pérsico, donde la presencia de la flota norteamericana fue decisiva para los esquemas de defensa.

En definitiva, para Washington, la lección de la crisis de las Malvinas, todavía lejos de ser dilucidada, no es sólo política, con la evidente pérdida de influencia y prestigio de EE UU en Latinoamérica. También tiene ribetes militares, al ser la primera vez, desde la segunda guerra mundial, en que navíos y aviones, equipados con modernos misiles, prueban sobre el terreno lo último inventado en materia de destrucción militar.