Buenos Aires considera el nuevo bloqueo impuesto por Londres como un pretexto para una nueva escalada bélica
Una nueva escalada militar en el Atlántico Sur se consideraba prácticamente inevitable ayer en Buenos Aires, después de que el Reino Unido extendiese su bloqueo aeronaval a sólo doce millas náuticas del litoral atlántico argentino, en lo que considera aquí como un simple pretexto para un ataque inminente.
La flota expedicionaria británica no cuenta con medios suficientes para imponer un bloqueo real a lo largo de los tres mil kilómetros de costa argentina, por lo que se interpreta que la ampliación de la "zona de guerra" es, además de un instrumento de presión sobre el Gobierno de Buenos Aires, un paso previo a nuevas acciones bélicas. Un portavoz militar argentino indicaba ayer que Inglaterra había extendido ya de hecho la guerra a todo el Atlántico austral el pasado domingo, cuando atacó y hundió a un crucero argentino fuera de la "zona de exclusión" dictada por Londres.La tregua no declarada en esta guerra no declarada, vigente desde el día 4, podría romperse pues en las próximas horas, a menos que las gestiones diplomáticas que se desarrollan contra reloj en las Naciones Unidas fructificasen en un acuerdo de alto el fuego, Io que no parecía probable a media tarde de ayer.
Presumiblemente, la iniciativa partirá de la flota británica, que se reagrupó hace unos días al este de las islas Malvinas, quizá a la espera de refuerzos.
Un intento de desembarco en el archipiélago no se descartaba entre las opciones posibles, especialmente desde que se anunció ayer el descubrimiento de un bote neumático inglés, perteneciente al portaaviones Hermes, en las cercanías de Puerto Argentino (ex Puerto Stanley). El bote podría haber transportado a un grupo de comandos británicos, encargados de preparar el desembarco.
El Gobierno argentino denunció el bloqueo inglés ante las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos y acusó de "falta de buena fe" al Gobierno de Londres, que contradice sus declaraciones favorables a un acuerdo pacífico al crear esta situación que "perturba seriamente toda posibilidad de negociar".
Argentina expresó su intención de ignorar el bloqueo y de recurrir, en caso necesario, al derecho de autodefensa recogido en el artículo 51 de la carta de la ONU.
La costa de la Patagonia, a la que tiene prohibido el acceso los periodistas extranjeros, hervía en preparativos militares ayer ante el temor de que esta segunda fase de la "batalla de las Malvinas" se desarrolle en territorio continental argentino. Los británicos intentarán en las próximas horas o días asestar un golpe muy duro a las fuerzas argentinas, en un intento de "ablandar" la postura negociadora de Buenos Aires, estiman fuentes militares, para las que el efecto de un nuevo ataque inglés será justamente el contrario.
La dramática realidad de esta"guerra del fondo del Mapa Mundi" va haciéndose presente poco a poco en la vida de todo el país.
La televisión transmite imágenes de los entierros de las primeras víctimas y presenta fotografías de los soldados muertos con un fondo musical del toque de silencio.
Los diarios, por su parte, reproducen las listas de supervivientes del hundimiento del crucero General Belgrano, y se hacen eco de los testimonios de algunos de ellos.
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