Como español, soldado y Rey

Mientras los líderes y los Gobiernos de Europa asistían, entre asombrados e impotentes, a la matanza de las Malvinas, don Juan Carlos, en la mejor tradición española, ha lanzado su mensaje, su llamada serena.y angustiada al mismo tiempo, a la más alta instancia internacional, la única capaz, seguramente, de acallar la guerra enloquecida. "A los Gobiemos de Europa, a la que por tantas razones pertenecemos, como a los de la comunidad iberoamericana, a la que nos sentimos tan vinculados por la sangre y por la Historia". Un mensaje que ha sido un estallido frente al sopor de los pueblos que asistían a la guerra con el corazón pasmado.(...)Nadie mejor que el Rey de España para compartir el dolor de ambas partes en guerra. Ciertamente, nuestra condición de europeos nos vincula a la defensa del bloque occidental y es lógico que la política nos lleve a pensar en la solidaridad hacia la que vamos con nuestras aspiraciones al Mercado Común y a la OTAN. Pero nuestra sangre se ha fundido mucho más con América, y de forma especial con Argentina, el país que siempre nos tendió la mano con largueza, precisamente cuando España sufría el bloqueo de Europa. En todo caso, entre el doble amor profesado y la especial ternura que nos mueve sentimentalmente hacia Argentina, el Rey ha sabido interpretar, con la fidelidad a la que nos tiene acostumbrados, el sentir de los españoles que están, por encima de todo, con la serenidad que puede ser el primer paso para que se haga justicia. En esa sintonía, España está con los derechos del pueblo argentino, pero sabe que el camino no es la violencia.

7 de mayo