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La guerra estalló en las Malvinas

Pym solicita ayuda militar a EE UU y pretende negociar en la ONU una solución pacífica

Concretar el alcance del apoyo militar norteamericano a la flota británica en el Atlántico sur y recordar que continúan "abiertas" las puertas para una negociación al conflicto de las islas Malvinas fue el principal objetivo de la visita a Washinton del ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Francis Pym. Gran Bretaña "nunca renunciará" a la búsqueda de una solución pacífica del conflicto, dijo Pym en Washington, antes de trasladarse a Nueva York para reunirse con los principales responsables de las Naciones Unidas."Muy preocupado" por la "peligrosa" situación en torno a las islas Malvinas, el presidente norteamericano, Ronald Reagan, conversó telefónicamente desde Tennesse con el secretario de Estado, Alexander Haig, momentos antes de la reunión Haig-Pym en Washington. Sin embargo, el presidente de Estados Unidos no recibió a Pym, marcando unas "distancias" que poco calmarán el sentimiento antinorteamericano surgido en todo el centro y sur del continente por el apoyo de Estados Unidos al Reino Unido.

Pym habló de diplomacia con Haig, pero, sobre todo, trató temas estratégicos con el secretario de Defensa, Caspar Weinberger. En una política donde la "flota es el mejor respaldo para las negociaciones el Reino Unido quiere dejar bien claro que utilizará todo el respaldo que le ofrece Estados Unidos para forzar una negociación. A nivel militar, en Washing ton confirman las informaciones británicas de que no "hubo pérdidas" en el bombardeo a Puerto Stanléy. Son más discretos en cuanto a la utilización de las facilidades de la isla de Ascensión, situada a mitad de camino entre el Reino Unido y Argentina, donde británicos y norteamericanos regentan una base militar conjunta. "Ninguno controla las actividades del otro", explican en el Pentágono al preguntar de dónde despegaron los aviones británicos. Sí inquieta, por el contrario, en Washington el apoyo logístico, hoy, en información, y mañana, quizá, con suministro de material, que la Unión Soviética estaría aportando a Argentina. Es una de las consecuencias, aunque no la más grave, de la completa alineación de Estados Unidos del bando británico en esta guerra.

Por otra parte, es patente la escisión en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde Estados Unidos se abstuvo la pasada semana de apoyar a Argentina, para no "condicionar" la misión de "mediación"de Alexander Háig. El sentimiento general es que la idea del panamericanismo es poco menos que un mito. Será en medio del tal ambiente en el que el Reino Unido tratará de llevar el tema a las Naciones Unidas, como único foro que parece todavía viable para realmente mediar en el litigio. Francys Pym celebró anoche una cena de trabajo con el secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, en la residencia del embajador británico acreditado antes las Naciones Unidas en Nueva York. Para esta mañana tiene prevista una reunión con el presidente en funciones del Consejo de Seguridad, el embajador de China, Ling Quing.

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