Quiñones estrena 'El grito', una comedia dramática andaluza sobre la emigración
El poeta y narrador gaditano Fernando Quiñones ha unido drama y humor, realismo y poesía, para escenificar el tema de la emigración en su obra El grito, una "comedia dramática andaluza" que se representa hoy, a las once de la noche, en el teatro Español, de Madrid, protagonizada por Vicky Lagos e Ismael Merio, con la actuación en vivo del cantaor José Menese. Durante tres semanas, este montaje dirigido por Angel Ruggiero, ya conocido en catorce ciudades de Andalucía, Extremadura, Baleares y Levante, ocupará las funciones nocturnas del escenario donde se representa Las bicicletas son para el verano, de Fernando Fernán Gómez.
El texto teatral de Fernando Quiñones, estrenado en Cádiz el pasado 29 de enero, procede de su relato El armario, incluído en el libro de cuentos Nos han dejado solos, publicado el año pasado y actualmente agotado, que varios institutos de enseñanza de Andalucía lo han adoptado como libro de lectura. El tema de El grito es la emigración como destierro laboral forzoso. Los dos personajes de la obra pertenecen a una familia pueblerina andaluza, que el autor concreta en la localidad gaditana de Alcalá de los Gazules, emigrantes en la República Federal de Alemania desde los años setenta, donde viven desde hace diez años. Sobre el escenario, una mujer (Vicky Lagos) comenta su nueva vida y el alejamiento de su tierra frente a la presencia muda de su abuelo (Ismael Merlo), una mudez forzosa o voluntaria que al final se rompe. Para este montaje se ha incorporado la actuación en vivo del cantaor José Menese, quien interpreta antiguos cantes de tonás, en un papel de narrador anónimo.En el traslado del relato al texto teatral, Quiñones prefiere la viveza de los personajes en el escenario a la ficción literaria. "Ambos textos", dice el autor, "mantienen la misma frescura, básicamente son iguales con distinta forma. La contundencia del mensaje social de la obra queda más claro al estar formulado por unos seres inocentes, unos personajes que están vivos, no prototipos ni hechos a partir de un molde. La acción de la obra se desarrolla en un tiempo real, donde los personajes rememoran a rachas su vida pasada. Hay una situación de suspense y tensión desde el primer momento que estalla al final".
Creación en equipo
Fernando Quiñones, autor de treinta libros, entre narrativa, poesía y ensayos folklóricos, se siente cómodo con el trabajo teatral, que con anterioridad ha estrenado Tres piezas de horror, Legionaria, Andalucía en pie y el libreto en castellano de Carmen. "Soy un escritor que me debo a lo que me llega. En la dramaturgia el trabajo es una labor de equipo, el autor ya no es un dios absoluto. En la parte creativa intervienen además los actores y el director, como ha ocurrido en El grito. Para conocer el habla popular andaluza, Vicky Lagos, castellana, ha realizado un gran trabajo, y durante cinco meses ha estado cerca de Lola García, la mujer del guitarrista Rafael de Cádiz, que ha hecho las ilustraciones musicales. También Ismael Merlo y el director argentino Angel Ruggiero han pasado parte del verano pasado para compenetrarse con los ambientes e idiosincrasias del pueblo andaluz".El actor Ismael Merlo cumple con esta función sus bodas de oro con el teatro, cincuenta años de escenarios iniciados en 1931 en la compañía de sus padres. Piensa que se despide del teatro sin entregar toda su capacidad como actor de obras dramáticas y clásicas, al quedar encuadrado, "para sobrevivir" en papeles de comedias divertidas. De la amplia galería de personajes interpretados, recuerda algunos de cine y televisión, una "pequeña venganza" al no conseguir su gran ilusión de la interpretación dramática; dice que ahora estaría "enseñando a decir el verso clásico".
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