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Llamamientos para que la paz reine en el Atlántico sur

Preocupación y rabia en Buenos Aires tras la pérdida de las Georgias del Sur

ENVIADO ESPECIALLos argentinos reaccionaron ayer con preocupación y rabia ante la toma por fuerzas británicas del archipiélago de las Georgias del Sur, mientras las organizaciones políticas y sindicales reiteraban una vez más su apoyo en este conflicto a la Junta Militar en el poder, que difunde breves y escasos comunicados sobre el desarrollo de los acontecimientos en el Atlántico austral.

Una concentración popular frente a la Casa Rosada, en la histórica plaza de Mayo, fue convocada para las diez de la noche de ayer, hora de Madrid, por prácticamente la totalidad de los partidos y centrales sindicales argentinos.

Las emisoras de radio difunden con frecuencia marchas militares e himnos patrióticos, junto con duros ataques al Gobierno de Margaret Thatcher y a la "agresión colonialista". Pero falta información sobre lo que ha sucedido realmente en el archipiélago de las Georgias del Sur.

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Media docena de comunicados oficiales de apenas unas líneas era toda la información que la Junta Militar había dado a la opinión pública hasta media tarde de ayer.

En el último se explicaba, sibilinamente, que, "por razones tácticas, se habían cortado las comunicaciones con las fuerzas navales que defienden las islas Georgias".

El comunicado número 32 añadía que el "aparente triunfo inicial de las fuerzas británicas" se debió a la superioridad numérica de sus tropas, lo que no significa que ejerzan el control total de las islas, y se asegura que las fuerzas argentinas "continúan combatiendo en zonas interiores con un inquebrantable espíritu de combate, basado en la superioridad moral de quien de fiende el territorio de la patria". La Junta Militar afirmaba que, independientemente del resultado final de esta lucha, Ia soberanía no será negociada, ni vulnerada la dignidad nacional bajo ningún concepto".

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Editorial en la página 10

Se ignora si la Junta ha dado orden de atacar a la Royal Navy

Viene de la primera página

Una total normalidad reinaba ayer en Buenos Aires, situada a casi tres mil kilómetros de las Georgias del Sur y donde vive más de un tercio de la población argentina. No se han adoptado medidas económicas especiales, aunque se teme una nueva retirada masiva de depósitos bancarios, lo que agravará la falta de liquidez monetaria ya existente.

El ministro del Interior dio órdenes a los gobernadores provinciales para que dispongan la protección de bienes y personas de nacionalidad británica, sin que hasta el momento se hayan producido Incidentes con la colonia inglesa residente en Argentina.

La central sindical peronista CGT, la mayor del país, pidió ayer la incautación de todas las empresas británicas como respuesta a "la cobarde agresión armada de la flota inglesa".

La Embajada norteamericana, por su parte, desmintió que esté procediendo a evacuar a sus funcionarios y calificó de "movimiento de rutina- los viajes realizados en los últimos días por personal afecto a la embajada.

El presidente de la República, general Leopoldo Galtieri, y los otros dos componentes de la Junta Militar, siguen atentamente el desarrollo de los acontecimientos en el Atlántico sur, pero se ignora si han dado orden a sus fuerzas de atacar a la flota británica. La reunión en Washington de la OEA, que estudia la demanda argentina de solidaridad continental ante el Reino Unido, centraba ayer el máximo interés oficial.

El hecho de que ayer no se registraran nuevas hostilidades entre Argentina y el Reino Unido permitía mantener la esperanza de que, si no se produce una escalada bélica en los próximos días, será posible todavía negociar una solución diplomática del conflicto.

En medios periodísticos de esta capital se comentaba incluso que la posibilidad de un diálogo angloargentino ha aumentado de hecho tras la escaramuza del domingo, especialmente si se confirma la versión británica de que la ocupación de las islas Georgias del Sur sólo causó un herido por parte argentina y ninguna baja en el lado inglés. La nueva ruta de negociaciones podría iniciarse a instancias de la ONU o ser quizá continuación de la actividad mediadora norteamericana.

El ministro de Relaciones Exteriores argentino, Nicanor Costa Méndez, dejó bien claro que, a pesar de que consideraba suspendidas las conversaciones con Inglaterra tras el ataque contra las Georgias, confiaba aún en los esfuerzos mediadores de Alexander Haig.

Argentina, que ha informado al Consejo de Seguridad de la ONU del ataque inglés, podría pedir la convocatoria urgente del alto organismo, aunque no se cree que lo haga hasta que hoy martes no finalice en Washington la reunión de la OEA. Con sus fuerzas en uno de los archipiélagos en litigio, Londres podría atender ahora un llamamiento al cese de hostilidades y a la negociación hecho desde las Naciones Unidas.

Existe sin embargo el riesgo de que los ingleses pretendan ocupar parte de las islas Malvinas, para negociar desde una postura de mayor fuerza e infligir una humillación a los argentinos.

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