Con sentido común

Ayer, en el Congreso -"la casa de la política", como dijo el presidente Calvo Sotelo en su discurso-, Gobierno y oposición mostraron que el terrorismo es, efectivamente, un problema de todos, "frente al que tienen que jugar solidariamente Gobierno y oposición", sin que eso signifique que al Gobierno no le quepa y acepte "la responsabilidad primera", por citar también otras palabras del presidente del Gobierno. Y el líder de la oposición, Felipe González, mostró también ese mismo sentido de la solidaridad y la sensatez. Hasta en la reacción contra el terrorismo parece que haya un punto de madurez, y que al menos parlamentariamente lo hayamos alcanzado.Un coloso aguijoneado por muchas abejas: eso seríamos, eso sería el Estado y la sociedad a la que sirve, según la imagen que, sacada de fuentes etarras, adujo el señor Rosón. La teoría de lo que es el terrorismo y lo que pretende -manotazos a diestro y siniestro- la tenemos ya asimilada. No habrá medidas de excepción. Y es que el terrorismo no es algo excepcional.

Para desalentar e intimidar el terrorismo, el último secreto es la reacción social, el vacío que llegue a crearse: que nadie les comprenda, que nadie les excuse, que riadie les apoye, que nadie se encoja de hombros. Para ser realistas, hay que reconocer que todavía el amparo que consigue el terrorisnio se extiende, si no quizás en núniero, sí en representación y medios, incluso de influencia. No se olvide la actitud de Herri Batasuna, de la que la detención del portavoz de ese grupo político en el Parlaimento navarro es un recordatorio. ( ... )

( ... ) Una sesión en la que prevaleció en todos el sentido común. Importa que, más allá de la sesión, el sentido común presida tocla la actividad política mientras el terrorismo mantenga la capacidad de iniciativa que por ahora no se le puede negar. Y el sentido común manda que, entre tanto, Gobierno y oposición se mantengan unidos, unidas las Fuerzas Armadas y de seguridad, unido el pueblo entero frente a esta permanente imenaza.

23 de abril