El relato 'Diario de un loco', de Gogol, llevado de nuevo al teatro por Carlos Pereira

La obra Diario de un loco, del escritor ruso Nikolai Gogol (1809-1852), se repone hoy en el Teatro Esproceda, de Madrid, bajo la responsabilidad del actor madrileño Carlos Pereira, que interviene como único intérprete, y del director Manuel Manzaneque, titular de la compañía Tirso de Molina. La versión teatral de esta novela corta de Gogol, en la que plasmó su propio psicodrama, permanecerá en cartel hasta el próximo 30 de mayo.

Carlos Pereira interpretó por primera vez este texto del llamado "padre de la literatura rusa" hace doce años en el teatro Beatriz, también de Madrid, que entonces era un local de cámara. De aquel tiempo hasta ahora este actor ha representado la obra más de mil veces. Por el trabajo en Diario de un loco y por otras interpretaciones Carlos Pereira ha obtenido, entre otros, el Premio de Interpretación Especial del Festival Internacional de Barcelona, la Medalla de Valladolid al mejor actor, el trofeo Yorik a la mejor interpretación y la Cruz al Mérito Civil por su actividad artística."Entré en contacto con el texto de Gogol", explica Carlos Pereira, "Piace doce años, cuando ya se estaba representando con éxito en América y en algunos lugares de Europa. Lo que más me impresionó fue la fuerza teatral que vi en el texto y su gran contenido literario. Sabía que la interpretación no sería nada fácil, pero se presentaba desde el principio con un gran atractivo. Para entrar todavía más en el espíritu de la obra me interné voluntariamente durante un tiempo en el Hospital Psiquiátrico de Barcelona para estudiar las neurosis personales".

Para Carlos Pereira el Diario de un loco, que fue publicado en 1835 bajo el título Las memorias de un alienado y que él mismo adaptó al teatro, es una de las grandes aportaciones al teatro de la crueldad. "Se trata de un psicodrama del propio Gogol, quien dejó grabado en esta obra el comportamiento de un funcionario gris en la Rusia de los zares. Quedan así reflejados los problemas personales en un entorno social en el que los pobres eran demasiado pobres y los ricos demasiado ricos".

Carlos Pereira (Madrid, 1945) es consciente de que se enfrenta a graves dificultades a la hora de mantener la atención del espectador durante hora y media mediante un monólogo. "Este problema se supera en primer lugar por las condiciones del propio texto, cuya fuerza crece y crece hasta el desenlace final y prácticamente arrebata la atención del público. El otro recurso es el teatral".