Con Antón García Abril, la generación del 50 ingresa en la Academia
El compositor Antón García Abril fue elegido anteayer mienlbro de la Real Academia de Bellas Artes. Ocupará la vacante de Regino Sáinz de la Maza, recientemente fallecido. Antón García Abril superó en número de votos a los otros dos aspirantes, el pianista Luis Galve y el compositor Cristobal Halffter. Con esta designación ingresa en la Sección de Música de la Academia de San Fernando la generación de 1950.
A la que generación de Antón García Abril pertenecen creadores de muy distinta estática desde quienes siguieron la aventura cle la escuela de Schönberg hasta los que continuaron, modificándola, la herencia de las generaciones anteriores, como es el caso del nuevo académico.Nacido en Teruel en 1933, García Abril se formó en Valencia con Gomá y Palau, en Madrid con Calés y Julio Gómez, y en Italia con Frazzi, Lavagnino y Petrassi. Aparte de una importante contribución a la música cinematográfica, es autor de obras que obtuvieron brillante acogida, como son el Cántico de las criaturas, sobre san Francisco de Asís, y Hemeroscópium, concierto aguediano para guítarra y orquesta, canciones sobre Rafael Alberti y Federico García Lorca, Homenaje a Góngora, Cadencias para violín y orquesta y Alegrias, una cantata infantil sobre textos de Marina Romero, recientemente grabada en disco por la Orquesta de RTVE bajo la dirección de Oción Alonso.
Miembro de "Nueva Música"
Actualmente, Antón García Abril es catedrático de Composición en el Real Conservatorio de Madrid. Después de conocida su designación hablamos con el compositor que, en 1959, formó parte del grupo Nueva Música desde el que se quiso remover el ambiente musical madrileño, entregado entonces a un inmovilismo que hacía difícil el ingreso de la música joven en los hábitos de nuestro público y, más problemático aún, en la atención de la Administración."Me ha producido gran alegría la elección" dice García Abril, "ya que pertenecer a la Academia de San Fernando es un honor importante dentro del cuadro estructural de la cultura española. Creo que puedo aportar algo, contribuir a velar por nuestro patrimonio artístico y defender los supuestos y realidades de nuestra música. Ese es mi ánimo para el futuro en la Academia: tratar de ser útil, prestar algún servicio concreto y positivo antes que considerarme simplemente homenajeado".
"No quiero silenciar que una de las mayores alegrías con motivo de mi elección fue la inmediata llamada de mis dos oponentes, el gran pianista Luis Galve y mi compañero de generación y amigo de siempre Cristobal Halffter, cuyos méritos no precisan de elogio alguno", añade García Abril. "Expreso mi gratitud a quienes me votaron y a los que votaron a mis compañeros. Y dedico un emocionado recuerdo a mi antecesor en el sillón, el gran Regino Sáinz de la Maza, modelo de artista y de hombre".
Babelia
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