Silencio oficial sobre la epidemia que afecta a tres colegios gijoneses

El alcalde Gijón, José Manuel Palacio, del PSOE, solicitó ayer del jefe local de Sanidad, Vicente García Contreras, un informe exahustivo sobre la epidemia, de origen desconocido, que afecta a escolares de tres colegios gijoneses. También le pidió una información oficial diaria de la evolución de este brote inespecífico, llamado así porque sus síntomas (diarreas, dolores de cabeza y vómitos) no definen una enfermedad concreta.Hasta el momento, no se ha producido comunicado oficial alguno a la opinión pública sobre esta enfermedad, cuya importancia minimizó ayer el jefe local de Sanidad de Gijón en el curso de una entrevista mantenida con el alcalde. El doctor García Contreras afirmó que de los 44 niños que faltaron el pasado martes a clase en el colegio García Lorca, sólo trece habían justificado su ausencia por enfermedad, y que los síntomas de éstos no revisten especial preocupación.

La epidemia que afectó a los niños del García Lorca, todos ellos del barrio de La Calzada, excepto uno de Monteana, es presumiblemente de origen viral, una vez que se han descartado el agua y el gas como agentes causales. Los veinte escolares de un colegio del barrio de Roces y otros veinte del colegio nacional de Cabueñes, también afectados de una sintomatología parecida, no guardan relación con los del García Lorca, según la versión dada a conocer por el jefe local de Sanidad al alcalde de Gijón.

En el colegio de Cabueñes se produjo una intoxicación provocada posiblemente por el agua mientras que los afectados del centro escolar "Nuestra Señora", del barrio de Roces, habían visitado una central lechera donde pudieron haber contraído la enfermedad, que, según Sanidad, es también poco importante. En las investigaciones de las causas de este mal trabajó un equipo de epidemiólogos.

Esta versión del centenar de escolares afectados por una sintomatología común, dada ayer a conocer a la primera autoridad municipal gijonesa una semana después de producirse los primeros casos, es aún desconocida por los ciudadanos de Gijón, entre los que existe, singularmente en los familiares de los afectados, una fuerte inquietud. El contumaz silencio de las autoridades sanitarias ha contribuido a crear un estado de psicosis y alarma.