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Pedro Laín: "Sin un sistema plural, de libertad y democracia es imposible cicatrizar las heridas históricas"

Presentado el libro 'La noche en qué mataron a Calvo Sotelo', de Ian Gibson

"La guerra civil caracterizada con hechos bélicos ha sido una constante en los últimos tiempos de la historia de España, pero quizá ha sido peor la instalación de la guerra civil como hábito interno en la conciencia y acciones de algunos españoles. Para salir de este hábito es preciso una cura de verdad que ayude a entender la condición plural de lo español. Sin un sistema pluralista, de democracia y libertad, es imposible cicatrizar las heridas históricas". En estos términos presentó ayer el escritor y académico Pedro Laín Entralgo el libro de Ian Gibson La noche en que mataron a Calvo Sotelo, editado por Argos Vergara. En el mismo acto, celebrado en el Club Internacional de Prensa de Madrid, intervinieron también el miembro de la ejecutiva del PSOE Francisco López Real y el autor.

Los diputados Alfonso Guerra y Antonio de Senillosa excusaron su participación en la presentación, según figuraba en el programa, "debido a razones de causa mayor". Entre los asistentes se encontraba la viuda del teniente Castillo, Consuelo Morales, y otras personas que vivieron muy de cerca los hechos que rodearon los asesinatos de este oficial de la Guardia de Asalto y del de Calvo Sotelo en fechas inmediatas a la sublevación de un grupo de militares contra la República, que marcó el estallido de la guerra civil.Para Pedro Laín Entralgo la verdadera historia de la guerra civil comienza a conocerse ahora. "Con esto no digo que estemos a salvo, pero este tipo de libros nos ayuda a conocer una parte de lo que hemos sido y nos introduce una cura de verdad, porque España necesita desde hace mucho tiempo una cura de verdad. Por razones históricas, subrepticiamente poderosas, muchos españoles han tenido miedo de saber y decir lo que han sido. Los monopolizadores de la palabra y del ser español se han refugiado desde el siglo XVII en verdades parciales o a medias de la historia de este país y ya es hora de revelar toda la realidad".

El académico, que calificó el libro de Gibson de oportuno y terapéutico, examinó la dimensión de la guerra civil como hábito. "Es muy grave", dijo, "la instalación en la creencia de que las cosas sólo pueden ir bien cuando uno de los dos bandos elimina al otro y se apoya en lo que después llama victoria para vivir en el recuerdo de una guerra civil y la preparación de otra. Para salir de este hábito es preciso una cura de verdad a través del conocimiento de la realidad íntegra".

Pedro Laín se refirió en su intervención a las dificultades que habían tenido los historiadores no adeptos al régimen para hacer la historia de España de los últimos cuarenta años, y culpó, por otra parte, a algunos profesionales de la historia de no haber tenido el suficiente coraje y decisión en haber profundizado en la historia de todos estos años. "¿Qué se sabe, por ejemplo", dijo Laín Entralgo, "de la vida de la retaguardia en la zona nacional durante la guerra o de la represión ejercida por los vencedores en el tiempo que siguió a la guerra?"

El libro de Gibson es, para Laín Entralgo, rigurosamente oportuno, porque se refiere a una noche, en la que fueron asesinados el teniente Castillo y José Calvo Sotelo, que dio fecha y motivo a la guerra civil, y tiene además "el valor de estar al servicio de ese ¡basta, basta! que decimos desde hace varias décadas, pero más especialmente desde hace un año, muchos españoles, ese deseo de no más sangre, no más guerras fratricidas, no más contiendas civiles".

Pedro Laín trajo a la memoria el intento de golpe de Estado del 23 de febrero pasado. "Hace un año vivimos un suceso bochornoso para todo español, que nos trajo a la memoria que el peligro de enfrentamiento no había desaparecido. A partir de entonces yo recibí una llamada para intensificar mi defensa de la democracia, lo cual está en la línea, emprendida por mí desde hace bastantes decenios, que me hace sentir un deber profundo de ética como español y ponerme al servicio de la reconquista de verdad integral de este país. Y no me importa decirlo, aunque no en clave de humor, que Antonio Tovar y yo nos hemos constituido en chicas para todo de la democracia y de la libertad".

El miembro de la ejecutiva del PSOE Francisco López Real calificó el libro de extraordinariamente honrado y de un rigor histórico absoluto, "que demuestra, entre otras cosas, que la muerte de Calvo Sotelo no fue un crimen de Estado ni un crimen político". "No hay que olvidar estos hechos", añadió, "para que no se repitan".

El autor, el irlandés Ian Gibson, lamentó que la familia de Calvo Sotelo se hubiera negado a mantener cualquier tipo de contacto y a ofrecer información para su libro, en el que ha llegado a la conclusión de que la muerte del diputado de derechas no fue un crimen de Estado, sino obra de los amigos del teniente Castillo, asesinado días antes por los carlistas, según Gibson.

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