La financiación de las universidades privadas estuvo a punto de romper el acuerdo UCD-PSOE sobre la LAU

Un voto particular del grupo centrista al artículo 24 del proyecto de ley orgánica de Autonomía Universitaria, primero de los tres aprobados ayer por la comisión de Educación del Congreso, estuvo a punto de producir la ruptura irreparable del acuerdo entre UCD y el PSOE y, muy probablemente, el fin de las escasas posibilidades que todavía tiene la LAU de llegar al Boletín Oficial del Estado antes de que termine la actual legislatura.

El peligro desapareció cuando UCD, tras una larga interrupción de la sesión, decidió retirar su enmienda, asumida a partir de ese momento por el grupo parlamentario vasco. Una enmienda que, según la interpretación unánime de socialistas, comunistas y andalucistas, abría ampliamente las puertas a la subvención estatal a las universidades privadas.El apartado segundo del artículo 24 establece que la dotación global destinada a las universidades del Estado, que se determinará en la ley de Presupuestos, "tendrá en cuenta asimismo una compensación a la universidad por las cantidades no percibidas por ella en concepto de gratuidad o reducción de tasas académicas". El voto particular del grupo centrista, anunciado y luego retirado por su portavoz, Gómez Angulo, pretendía que se le atribuyese idéntico derecho a las universidades privadas. La enmienda, que después hizo suya el portavoz del grupo parlamentario vasco, no obtuvo los votos necesarios para ser incluida en el dictamen de la comisión.

La mera lectura de esta enmienda provocó una considerable conmoción en los bancos del grupo socialista, algunos de cuyos diputados no habían ocultado, ya antes de comenzar la sesión, su absoluto pesimismo respecto de la posibilidad de que el proyecto de ley "sobreviva a los embates que está recibiendo fuera de la comisión por parte de la Iglesia y de determinados estamentos universitarios, que no ven recogidos sus particulares intereses, o que temen por el futuro de los privilegios que han venido detentando hasta ahora, en otros casos". En opinión de estos diputados, las presiones de unos y otros han arreciado a partir del momento en que han visto funcionar con solidez el acuerdo entre los dos grupos mayoritarios y cómo se iban desvaneciendo las posibilidades de seguir boicoteando la ley desde el debate estrictamente político.

La enmienda no cristalizada del grupo centrista vendría a confirmar los temores socialistas hasta el extremo de poner gravemente en entredicho la presunta solidez del acuerdo entre UCD y el PSOE.

Aplazamiento táctico

A petición de casi todos los grupos, el presidente de la comisión, el centrista Miguel Durán, suspendió la sesión con el pretexto de que todos los comisionados necesitaban tener delante el texto de la enmienda particular del grupo centrista. La larga pausa sirvió en realidad para que el portavoz centrista, Gómez Angulo, y el secretario de Estado de Universidades e Investigación, Saturnino de la Plaza, hicieran fuera de la sala las consultas que determinaron el cambio de postura de UCD.Al reanudarse la sesión, el diputado socialista Gregorio Peces-Barba anunció el firme propósito de su grupo de retirar su apoyo al proyecto si se cambiaba una sola coma en las cuestiones que el PSOE considera sustanciales.

Gómez Angulo le contestó que el acuerdo no significaba la renuncia al "derecho a defender nuestra propia ideología" y que, en cualquier caso su grupo no estaría dispuesto a aceptar ningún tipo de presiones para sostener el pacto con el PSOE, por lo que "si es necesario romperlo, puede hacerse a partir de ahora mismo".

Los otros dos artículos aprobados, cuyo texto íntegro publicaremos en cuanto las posibilidades de espacio lo permitan, regulan el control por el Estado de la gestión económica de las universidades (artículo 25) y atribuye a las universidades la potestad de elaborar sus propios estatutos (artículo 26).