Cheysson: "Polonia está aplastada bajo una capa de plomo"
"Todo llega, incluso el turno para que hable Francia. El tiempo de los procedimientos insólitos y de las incontestables desviaciones de poder de la presidencia (polaca) ha concluido". El ministro de Relaciones Exteriores francés, Claude Cheysson, inició ayer su discurso ante la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) con estas palabras de alusión a Polonia, cuyo delegado en la CSCE le impidió hablar el pasado niartes. El ministro condenó duramente el estado de sitio en Polonia y acusó a la URSS de haber aportado "una ayuda material y política activa" para su establecimiento, el pasado 13 de diciembre.Después de describir a Polonia como un país "aplastado bajo una capa de plomo", Cheysson solicitó "que se ponga fin sin demora al estado de guerra, que los prisioneros sean liberados y que se reanude el diálogo entre los diversos componentes de la sociedad polaca".
"SI el camino de la renovación se reanuda", agregó el ministro, "los poderosos motivos que han llevado a Francia a practicar con Polonia una importante cooperación económica encontrarían de nuevo la posibilidad de ejercerse".
El ministro dijo que se comprueba que dos meses después de la instauración de la ley marcial, las medidas represivas siguen en vigor, y la promesa de respetar las conquístas sociales del último año se han evaporado. Lejos de mejorar, la situación en Polonia ha empeorado: crecen las condenas de sindicalistas, los cludadanos son obligados a renegar de sus convicciones y de su conciencia para afirmar su sumisión a las autoridades.
Cheysson recordó las palabras pronunciadas por "el dirigente de un gran país europeo" con ocasión de la firma, en 1975, de los acuerdos de Helsinki. "Nadie debe", dijo entonces Leónidas Breznev, "basándose en tal o cual consideración de política exterior, intentar imponer a otros pueblos el sistema de organizar sus asuntos. Adoptar otra actitud es caminar sobre terreno peligroso para la causa de la cooperación internacional".
El jefe de la diplomacia francesa analizó a continuación las razones que han conducido a los dirigentes polacos a poner fin a la renovación en su país. "El proceso era incompatible con una regla de juego, un sistema de coacciones, una forma de ejercicio del poder, que se han convertido en una segunda naturaleza para los regímenes parecidos al que de nuevo se ha impuesto en Polonia. Segunda naturaleza que nunca ha sido elegida, sino que expresa, por el contrario, la fuerza de una lógica imperturbable, la que reina en los países petrificados en la incapacidad del cambio".
Cheysson concluyó su discurso afirmando que tras lo sucedido en Polonia es impensable continuar discutiendo en la CSCE sobre una eventual conferencia de desarme en Europa, deseada por la URSS.
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