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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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La Conferencia de Madrid debe ser un éxito

El jefe de la delegación rumana en la Conferencia de Madrid, autor de este artículo, señala cómo la tensión internacional ha crecido vertiginosamente en los últimos tiempos. Cree, sin embargo, posible que si con la suficiente voluntad de entendimiento se eluden las cuestiones conflictivas -notablemente, los problemas que son competencia interna de algunos Estados- y se renuncia terminantemente al empleo de la fuerza será posible abrir la oportunidad a una Europa unida en beneficio de la paz y del bienestar de toda la humanidad.

Los trabajos de la reunión de los 35 Estados participantes en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa se reiniciaron en la hospitalaria capital de España en un momento sumamente complejo y contradictorio de la evolución de la situación internacional en Europa y en el mundo, cuando diariamente se van acumulando noticias cada vez más inquietantes, cuando declaraciones pesimistas se van sucediendo incesantemente.La delegación rumana llegó a Madrid con el firme mandato de parte del Gobierno rumano de participar activamente en las negociaciones de la reunión, situándose en una posición constructiva y manifestando, al mismo tiempo, la decisión de actuar, conjuntamente con otros Estados, para finalizar los trabajos del foro general europeo en un período de tiempo razonable, mediante la adopción de un documento final sustancial y equilibrado. Se nos podría, probablemente, reprochar que estamos subapreciando los obstáculos que se nos plantean hoy día. Nosotros también opinamos que no hay que subestimar esos obstáculos, pero que, sobre todo, no hay que subestimar tampoco nuestra capacidad, la de los 35 Estados participantes, de superarlos.

Antes que nada consideramos que no deberán ser alzados nuevos obstáculos, artificiales, en la vía de nuestros esfuerzos. De acuerdo a las tesis sostenidas permanentemente por mi país, se pueden hallar soluciones correspondientes al interés general para cualquier problema que haya quedado sin solucionar, si se actúa con paciencia y comprensión, si se dan muestras de la voluntad política necesaria para llegar a soluciones de compromiso.

No se puede olvidar el hecho de que, a partir de su misma apertura, en la reunión de Madrid se han dejado sentir los efectos del aumento de la tirantez en el plano internacional, del recrudecimiento de la política de fuerza y dictat, de la agudización de las contradicciones entre Estados y grupos de Estados, de la perpetuación de los conflictos viejos y la aparición de otros nuevos. A lo largo del desarrollo de la reunión, los fenómenos de tirantez han ido conociendo nuevos estallidos. Pero, sin duda alguna, el fenómeno más grave lo constituye la aceleración sin precedentes de la carrera armamentista, la acumulación de armas cada vez más perfeccionadas, registrando Europa el triste récord de poseer hoy día la mayor concentración de fuerzas armadas y armamento que haya conocido la historia, arsenal que representa un grave peligro para la paz y para la misma existencia de los pueblos de¡ continente, y de todo el mundo, para la civilización humana.

A esas tendencias de escalamiento de la carrera armamentista, en primer lugar de los armamentos nucleares, se han añadido recientemente nuevos fenómenos inquietantes, como serían, por ejemplo, las medidas de limitación y bloqueo de los intercambios económicos, la aplicación de sanciones, fenómenos que entran en contradicción con los principios adoptados en común por los países signatarios de los documentos de Helsinki, acentúan la tirantez y alzan nuevos obstáculos en la vía de la distensión.

A favor del desarme

En estas condiciones, nosotros creemos que es necesario actuar con la mayor energía y decisión, tal como subrayaba el presidente de Rumanía, Nicolae Ceaucescu, para detener la carrera armamentista, a favor del desarme y, en primer lugar, del desarme nuclear; para detener el despliegue de misiles de medio alcance en Europa, así como para decidir la retirada de los existentes; para renunciar terminantemente al empleo de la fuerza o de la amenaza basada en la fuerza en la vida internacional, y buscar una colaboración libre, en múltiples planos, entre todos los Estados, para forjar un mundo sin armas y sin guerras.

Por sus resultados, la reunión de Madrid está llamada a contribuir precisamente a la promoción de semejantes acciones concretas que permitan reducir la tensión y volver al curso de la distensión y de la colaboración internacional. Es esta también la razón por la cual nosotros no compartimos la tesis según la cual el estado de las relaciones entre unos países o grupos de países ha de reflejarse automáticamente en los trabajos de la reunión, ignorándose de esa manera su papel esencial, activo, esto es, el de ser un centro motor, disparador de acción positiva, constructiva, precisamente en los momentos difíciles de la vida internacional.

En la actual etapa deben hacerse esfuerzos para que la reunión no se vea influida por problemas que son de competencia exclusivamente interna de uno o de otro país participante, que la misma no sea transformada en su antípoda, es decir, en un foco de confrontación y tensión. Tal como se ha afirmado repetidas veces durante los debates de la reunión, la situación es demasiado grave para que nos podamos permitir fracasos. El mismo hecho de que, pese a las condiciones bastante complejas existentes en la reunión, se haya logrado obtener una serie de resultados positivos, se haya acordado casi un 80% del contenido del documento final de la reunión, demuestra la utilidad del diálogo entre los Estados participantes. Constituye ésta también una razón por la cual los trabajos de la reunión se han de desarrollar en una atmósfera de calma y contención.

Sobre las mesas de trabajo de las delegaciones hay suficiente material concreto para poder pasarse inmediatamente a una actividad intensa, constructiva, a redactar el documento final de la reunión, con un contenido sustancial y equilibrado, que pueda ser ultimado lo más pronto posible, de manera que la reunión finalice con resultados positivos. Sabido es que en diciembre pasado un grupo de ocho países neutrales y no alineados entregó oficialmente el texto de un proyecto de documento final, al cual nuestro país, conjuntamente con otros países participantes, lo ha saludado, considerándolo como una buena base de trabajo para la conclusión de las labores.

Voluntad política

En el interés de la seguridad y de la paz de los pueblos europeos del mundo entero es necesario que cada Estado participante muestre voluntad política para llegar a acuerdos razonables en los problemas pendientes y, especialmente, en lo que se refiere a la convocatoria de una conferencia de desarme en Europa y la continuidad del proceso de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, conveniéndose la fecha y el lugar de la siguiente reunión. En lo que le incumbe, Rumanía ha propuesto, tal como se sabe, que la próxima reunión general europea tenga lugar en la capital de nuestro país, en Bucarest.

Durante el encuentro que tuvo, a finales del año pasado, con el cuerpo diplomático acreditado en Bucarest, el presidente de Rumanía recordaba el hecho de que Europa tuvo y tiene una historia común, un desarrollo económico-social común, que ella representa una unidad geográfica, económica y social y que todos los Estados están llamados a hacer enérgicos esfuerzos para ir fortaleciendo y desarrollando esta unidad del continente europeo sobre la base del respeto de cada país, de su independencia nacional, del régimen existente en cada país.

A este desiderátum, sumamente actual, corresponde toda la concepción de nuestro país concerniente a la realización de la seguridad y el desarrollo de la cooperación en Europa, según la cual la seguridad europea presupone un sistema de compromisos claros y de medidas concretas que han de llevar a la exclusión de la fuerza y de la amenaza con la fuerza en las relaciones entre los Estados del continente, a la eliminación del peligro de guerra y de las fuentes de conflicto, medidas que ofrezcan a todos los Estados plenas garantías de que se hallan al abrigo de cualquier agresión, de cualquier injerencia en sus asuntos internos, que aseguren el desarrollo pacífico y libre de cada nación, de conformidad con su propia voluntad, en un clima de respeto de la independencia y soberanía nacionales.

En la visión de nuestro país, la edificación de la seguridad europea debe ser concebida como un proceso dinámico, como un frente amplio de acciones de colaboración, como un diálogo permanente entre todos los Estados participantes -no de bloque a bloque-, proceso al cual pueden y deben aportar su contribución todos los países, al margen de su tanlaño, del nivel de desarrollo, de la zona geográfica en que se halle, de su pertenencia o no pertenencia a alianzas militares. La participación de todos los Estados a la solución de los problemas no es un simple deseo u opción, sino una necesidad indispensable, no es un regalo o un privilegio que unos conceden a otros, sino un derecho y al mismo tiempo una obligación de cada Estado, de cada pueblo, que deriva de la esencia misma de los principios de la independencia y soberanía nacionales, de la igualdad de derechos de todos los Estados.

La creación de una Europa unida, basada en naciones independientes y soberanas, en la buena vecindad, en la colaboración pacífica y en la igualdad de derecho entre todos los Estados, deberá constituir, según la opinión de Rumanía, el fin de toda la actividad desplegada dentro del proceso general europeo por los Esilados signatarios del Acta final -marco de tipo nuevo, democrático, qiue se inscribe orgánica y armoniosamente en la línea de la concepción más amplia de nuestros país referente a la democratización cle las relaciones internacionales.

He aquí por qué, precisamente en estos momentos difíciles, Rumanía lanza un llamamiento a todos los Estados participantes para que, partiendo de los intereses mayores de los pueblos de Europa y del mundo, den muestras de responsabilidad y sabiduría, para que la reunión de Madrid pueda finalizarse con éxito, premisa esencial del avance por la vía abierta en Helsinki hacia el forjamiento de un sistema duradero de seguridad y cooperación en Europa, hacia la edificación de una Europa unida en beneficio ele todos los pueblos del continente, de la paz y bienestar de toda la humanidad.

es el jefe de la delegación de Rumanía en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa que se celebra en Madrid.

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