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Camilo José Cela, propuesto para el Nobel por varias universidades norteamericanas

El académico discute de ortografía antes de retirarse a escribir su nueva novela

Camilo José Cela acaba de ser propuesto para el premio Nobel por varias universidades norteamericanas, que han respondido así a un escrito en el que el comité Nobel de la academia sueca pedía nombres de candidatos al premio de este año. En la respuesta de las universidades americanas figura como único nombre el del escritor español, del que subrayan "su universalidad y la inalterable apelación de su obra a la conciencia del ser humano en la dura circunstancia del mundo inmediato de ayer y hoy".

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Camilo José Cela, que recibió la noticia cuando regresaba a su domicilio de Madrid a medianoche, declaró a EL PAÍS que tenía dos actitudes ante la propuesta: la de la gratitud y la del escepticismo, "únicas actitudes sensatas ante una noticia así", dijo. "Ni echo en saco roto la propuesta ni la vuelvo la espalda, pero tampoco hago las cuentas de la lechera", precisó.La Universidad de Georgia ha sido la primera en proponer el nombre de Cela para el máximo galardón literario del mundo, habiendo seguido su invitación otras de su mismo rango. Todas ellas, según la información trasmitida ayer por la agencia Efe desde Estocolmo, destacan en el autor de La familia de Pascual Duarte, novela esta que ha alcanzado 106 ediciones en distintas lenguas, "la calidad de un lenguaje que significó en su momento la puesta en marcha de la prosa española moderna y que continúa siendo un ejemplo de renovación tanto lingüística como literaria".

Las universidades norteamericanas señalan entre las características de la obra de Cela, "el caracter testimonial que recoje la zozobra de su época en los dos niveles social y moral". Se destaca también "el protagonismo del hombre en una obra en la que el individuo lucha contra un alrededor hostil o Indiferente". "Camilo José Cela", se dice, "ha definido la novela como la sombra del hombre. Su literatura es vida siempre, y vida que pugna por confirmarse frente a un periodo desquiciado, como fue el de la España de Franco". La actitud de Cela ante "la represión de esa época" constituye para las universidades norteamericanas que le proponen para el Nobel "una incesante defensa de la libertad en todas sus manifestaciones". "Personalmente y con su pluma", señalan, "Cela no dejó nunca de protestar contra la supresión de los derechos humanos, con abundantes riesgos y problemas por su parte. Con la llegada de la democracia a España, los sacrificios realizados en este sentido fueron reconocidos oficialmente, y el rey español, Juan Carlos I ,lo nombró senador en las Cortes del Reino".

Finalmente, las universidades norteamericanas subrayan en el escrito enviado al Comité del Nobel de la Academia de Suecia que Camilo José Cela "por su universalidad y la inalterable apelación de su obra a la conciencia del ser humano sería un digno premio Nobel de Literatura".

Camilo José Cela, que ayer no recordaba el número de obras suyas traducidas al sueco -cree que unas cinco, entre ellas La familia de Pascual Duarte volverá a Padrón, que él prefiere llamar Iria Flavia, el próximo día 18 de abril, a recoger su nombramiento de hijo predilecto de su villa natal. Dicen, y Cela ni lo afirma ni lo niega, que el maestro gallego se queda en Irla Flavia, o que se va a Mallorca y se retira de la vida pública para dar un empujón a una novela que le ronda desde que publicó su Oficio de Tinieblas 5.

De hecho, anteayer fue su penúltimo acto público en el que intervinieron García Sabell, Alonso Zamora Vicente, y los profesores franceses Nina Cotarch y Jacques Cellard.

La guerra de la ortografía fue el tema verdadero discutido bajo el epígrafe códigos orales en español y, francés.

Allí se oyó de todo. Camilo José Cela se mantuvo cortesmente escéptico hasta que un personaje del público intervino para decir que "antes los niños aprendíamos a leer a los tres años". Si la respuesta del psicolingüista fue fulminante, la de Cela lo fue más: "Pues yo a los siete años no sabía leer ni escribir, ni se apuntaba ningún sintoma de que lo fuera a aprender nunca".

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