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Preocupación en el PCI por el recelo de sus bases ante el rechazo del modelo de la URSS

Juan Arias

La pregunta que ahora obsesiona a Enrico Berlinguer, secretario general del Partido Comunista Italiano (PCI) y a destacados observadores políticos es la fuerza real de la base comunista, que discrepa de las decisiones de la cúspide de rechazar el "modelo soviético".Los mismos dirigentes comunistas no saben dar una cifra de los disidentes. Sobre todo porque la disidencia no es monolítica. Por lo que se refiere al documento de la dirección del partido que motivó la excomunión de Moscú, por ejemplo, muchos militantes están de acuerdo en la condena del golpe militar de Polonia, pero disienten del juicio que se da del socialismo de la URSS.

En la última reunión de secretarios provinciales y regionales celebrada en Roma bajo la presencia de Berlinguer, según indiscreciones recogidas en fuentes cercanas a la secretaría del partido, se ha hablado de una tercera parte de la base contraria al nuevo rumbo del partido. Se teme que el PCI se convierta en un partido socialdemócrata.

Los italianos, tan dados a la retórica política, utilizan ahora términos tales como "proyecto difusor, pero no cismático", "amargura y desilusión" y, sobre todo, hablan de miedo ante una posible disminución de afiliados al partido -últimamente 60.000 militantes no han renovado el carné-.

En Milán, un sector ha llegado a pedir en una asamblea que se les permita crear un grupo minoritario dentro del partido, y afirman que esta sería la mejor demostración de que existe un verdadero pluralismo en el PCI.

Un viejo militante milanés ha dicho textualmente: "Yo soy un obrero. Para mí, el partido es el que corta las uñas a los poderosos, que defiende a la clase trabajadora, que trabaja por una sociedad socialista. Mi impresión es que estamos echando todo por la borda". En Turín, al parecer, la contestación no es menor. Sobre todo por lo que se refiere al sentimiento de orfandad en que les ha dejado tanto la excomunión soviética como la confesión de Berlinguer contra el modelo soviético de socialismo. Un ministro que tiene su colegio electoral en Turín aseguró que en las últimas asambleas de la base comunista se ha registrado un descenso de asistencia de un 60%.

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