Andreas Papandreu antepone el saneamiento de la economía a su socialización
La seria crisis económica que sufre Grecia ha obligado al nuevo Gobierno socialista a adoptar un programa de saneamiento de la economía en el que el pragmatismo parece primar sobre cualquier veleidad ideológica. Contener el creciente desempleo, luchar contra la inflación e infundir confianza a inversores y empresarios son ahora tareas más urgentes en Atenas que la nacionalización -o socialización, en el lenguaje oficial de los sectores productivos- básicos.Antiguo profesor de Economía en Harvard, Berkeley y otras universidades norteamericanas, Andreas Papandreu dedicó casi la mitad de su programa gubernamental de cincuenta faltos, presentado al Parlamento un mes después de su llegada al poder, a detallar la política económica que piensa seguir a corto y medio plazo.
La situación heredada tras los siete años de gobierno de Nueva Democracia es, a grandes rasgos, la siguiente: más del 25% de inflación anual, un déficit en la balanza de pagos de 2.300 millones de dólares (cerca de 230.000 millones de pesetas), una deuda externa de 9.000 millones (900.000 millones de pesetas) y un índice de desempleo que el anterior Gobierno cifraba en un 2,5%, pero que los socialistas estiman del 4% y con tendencia creciente.
Una de las primeras medidas adoptadas por Papandreu fue la concesión de generosos aumentos de sueldos, a veces hasta de un 50%, en los niveles más bajos de la escala salarial. Junto a un incremento de las pensiones de menor cuantía, el nuevo Gobierno anunció el establecimiento de un sistema de reajuste automático de salarios cada cuatro meses, de acuerdo. con el coste de la vida. Hasta un cierto volumen salarial, el reajuste será de los mismos puntos que haya aumentado el índice de precios, pero en los niveles de ingresos más altos el reajuste será proporcionalmente menor.
Este tipo de medidas, que han sido calificadas de demagógicas por la oposición de centro-derecha y discretamente aprobadas por los comunistas, se han considerado imprescindibles, a pesar de los efectos negativos que puedan tener en la lucha contra la inflación. Para contrarrestar en lo posible esos efectos, el Gobierno establecerá un reajuste anual en la escala impositiva, en relación también con el aumento del coste de la vida, con lo que se pretende distribuir de forma más equilibrada la carga fiscal.
Plan económico de urgencia
Un plan económiico de urgencia ha sido elaborado para el presente año, pero se trabaja ya en la redacción de un plan quinquenal para el período 1983-1987. De momento, los socialistas han definido sus objetivos para 1982 en combatir la inflación, incrementar la productividad, redistribuir los ingresos y dirigir las inversiones hacia sectores de rápido rendimiento o de carácter social.
Panaiotis Rumaiotis, subsecretario del Ministerio de Coordinación, departamento encargado de dirigir y planificar la política económica del Gobierno, declaró a EL PAIS que no teme una paralización de las inversiones privadas, porque los socialistas están creando un clima favorable para la economía. "La prioridad que el Gobierno está otorgando a las pequeñas y medianas empresas ha sido muy bien acogida en el sector privado. Por supuesto que hay problemas con los grandes empresarios, pero los resolveremos mediante el diálogo".
La importancia de la iniciativa privada en la economía griega fue subrayada por el propio Papandreu, quien anunció incentivos a la exportación, exenciones fiscales y una favorable política crediticia para el sector privado. Las inversiones extranjeras, añadió el primer ministro en su discurso al Parlamento, serán bienvenidas en Grecia, si bien su actuación financiera deber ser transparente.
Aunque Grecia es uno de los países occidentales que tiene un sector público más amplio, la socialización anunciada por Papandreu ha causado inquietud en medios financieros y empresariales de dentro y fuera del país. El primer ministro socialista la ha definido como "un sistema de control social de algunos sectores clave que garantice que el funcionamiento de la economía sirve al interés social más amplio y que, al mismo tiempo, mejore la utilización eficaz de los recursos". Al control social se llegará mediante la compra, a precio justo, por el Estado de la totalidad o mayoría de las acciones.
Entre estos sectores básicos que los socialistas griegos tienen previsto nacionalizar a más o menos largo plazo figuran el energético, el minero, la industria farmacéutica y de fertilizantes, la siderurgia, el cemento, los grandes astilleros y todas aquellas industrias relacionadas con la defensa nacional.
El subsecretario de Coordinación apunta los diferentes procesos de socialización que se vislumbran según tres grandes modelos de empresas. En primer lugar, aquellas que están ya bajo control directo o indirecto del Estado, como pueden ser bancos y determinadas industrias de carácter estratégico. El Gobierno prepara una ley que permitirá la participación de los trabajadores y de las autoridades locales en la dirección de estas compañías. Están luego las grandes empresas energéticas o de transformación de materias primas, buena parte de ellas dentro de la denominación de problemáticas, es decir, no rentables o deficitarias. Panaiotis Rumaiotis señala que se creará un holding estatal que negociará los créditos y dirigirá el funcionamiento de este otro sector de empresas.
Por último, las compañías extranjeras, que utilizan alta tecnología imposible de sustituir por la nacional, quedarán bajo la supervisión de consejos de vigilancia en los que estarán representados los trabajadores, los técnicos y las autoridades regionales. Estos comités cuidarán de adaptar la política de ventas, salarial y financiera de estas compañías al programa general del Gobierno.
Grecia y la CEE
Trece meses después de la incorporación de Grecia a la Comunidad Económica Europea, el Gobierno de Papandreu, que hizo de sus críticas a esta adhesión un tema importante en la campaña electoral, continúa manteniendo la postura de que Grecia debe firmar un acuerdo especial con el Mercado Común y no ser miembro de pleno derecho, porque esto es perjudicial para su economía.
Papandreu habla todavía oficialmente de celebrar un referéndum en el que el pueblo griego decida sobre su permanencia o no en la Comunidad Económica Europea. El poder de convocar esta consulta reside, sin embargo, en el presidente de la República, Constantino Caramanlis, quien durante sus años como jefe de Gobierno dio todos los pasos para la incorporación plena de Grecia a la CEE, y a quien la Constitución da poderes suficientes para impedir la celebración de un referéndum.
El nuevo Gobierno se declara dispuesto a luchar dentro del Mercado Común para defender los intereses griegos y a "agotar todos los márgenes y todas las cláusulas de escape que permita el tratado de Roma". Papandreu presentó sus quejas en la cumbre del Mercado Común celebrada en Londres a finales de noviembre, e insistió en que la actual configuración de la CEE discrimina y perjudica a las economías débiles, como la griega.
La necesidad de ayuda económica procedente del Mercado Común que tiene Grecia, junto al interés de estar presente en la mesa de negociaciones que tratará la próxima adhesión a la Comunidad de sus dos principales rivales agrícolas -España y Portugal-, impedirán a Papandreu llevar a efecto sus amenazas de retirada de la, CEE, que aparecen así como elementos de presión dirigidos a obtener mejores condiciones para' la economía griega.
El principal partido de oposición, Nueva Democracia, que fue el artífice de la incorporación de Grecia a la Comunidad Económica Europea, critica este comportamiento del primer ministro socialista. Constantino Stefanopulos, diputado de Nueva Democracia y varias veces ministro, declaró que "nadie sabe qué pretende hacer realmente Papandreu, pero lo que nos preocupa es la forma en que lo está haciendo y que ello nos lleve a que Grecia pierda el prestigio y el respaldo internacional de que gozaba hasta ahora".
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