Polonia se niega a sentarse en el 'banquillo de los acusados' en la Conferencia de Madrid

Polonia no está dispuesta a sentarse en el banquillo de los acusados de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, declaró en Colonia (República Federal de Alemania) el vicepresidente de la Comisión de Política Exterior del Parlamento polaco (Sejm), Ryszard Wojna. Cerca de veinte ministros de Asuntos Exteriores participarán en las sesiones de trabajo iniciales de la CSCE, que se reanuda el próximo día 9 en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid. Entre ellos figurarán el norteamericano Alexander Haig y todos los europeos occidentales, a excepción del soviético Gromiko.

En una extensa conferencia de Prensa en la Embajada de Polonia en la RFA, Wojna respondió a todas las preguntas sobre la situación actual polaca. El diputado comunista reconoció que e estado de guerra es una consecuencia de la debilidad del régimen, pero insistió en que el pro grama de renovación socialista (odnowa) deberá seguir adelante.Según Wojna, las presione exteriores sobre Polonia pueden favorecer a "otras fuerzas extremas" que existen dentro del partido, donde se dan varias tendencias.

Sobre los internados, Wojna explicó que sólo se les exige una declaración de respeto a la legalidad, "no una declaración de lealtad", para ser puestos en libertad. El diputado, que hasta hace poco tiempo fue comentarista del periódico del partido, Trybuna Ludu, confirmó que en la Prensa polaca hubo despidos de periodistas. "Hay que reconocer el derecho de los editores a contar con gente de su confianza". Wojna dijo que los periodistas despedidos cobrarían seis meses de sueldo y que cree que podrán encontrar trabajo, "aunque no sé si todos tendrán interés en trabajar en periodismo".

Wojna, que hasta el pasado congreso extraordinario del partido ocupó un puesto en el comité central, dijo que desde el 13 de diciembre, cuando se declaró el estado de guerra, unos setecientos militantes se dieron de baja en la capital, Varsovia. "Dos tercios de esas bajas eran intelectuales, y un tercio, obreros".

Sobre las sanciones económicas contra Polonia dijo Wojna que pronto se notarán los daños. "Existen, por ejemplo, unas instalaciones para la producción de gallinas. Si los norteamericanos no nos venden maíz, en dos meses habrá que matar las gallinas y esto supondría siete u ocho kilos de carne menos para cada persona. Yo no creo que Europa se sume a esta línea dura de Estados Unidos".

Wojna dijo que el presidente de Solidaridad, Lech Walesa, mantiene conversaciones con el ministro de Sindicatos y está en contacto permanente con la Iglesia. Para Wojna, "Walesa representa un símbolo del deseo de cambio en Polonia", y cree que su figura jugará todavía un papel en el futuro.

El diputado dijo que el sindicato independiente Solidaridad era el escudo protector de sus miembros, y que por lo menos cinco grupos políticos, dos de ellos muy fuertes, estaban debajo.

Wojna dijo que la organización territorial de Solidaridad "era un caso único en el mundo", y por eso era ya un movimiento político que podría paralizar toda una región con sus huelgas. En el futuro, Wojna cree que Solidaridad podría volver a actuar organizado como sindicato de ramo.