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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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En torno al comunicado del PCE sobre Polonia

El comunicado que ha emitido el Comité Central del PCE sobre la crisis polaca es objeto en este artículo de una crítica desde distintos aspectos. A las denuncias de ambigüedad, incongruencia y falta de rigor en las afirmaciones históricas que en ese texto se emiten, une Pilar Brabo - militante del PCE y disidente de la línea carrilista- la acusación de eludir un auténtico debate sobre el actual momento del comunismo internacional y rehuir una reflexión marxista sobre los fenómenos de nuestro tiempo.

El comunicado del Comité Central (CC) del PCE sobre el golpe militar de Jaruzelski tiene el valor positivo de contener una actitud crítica respecto al mismo, y aunque ello se inscribe en la línea trazada por las tesis que abordaban estos temas en el X Congreso, el hecho de que precisamente los autores de las mismas, en particular Manuel Azcárate, hayan sido recientemente purgados podría hacer temer vacilaciones en esta línea. La actitud crítica que oficialmente ha adoptado el PCE es por ello bien recibida por todos los eurocomunistas.Otra cosa es si intentamos analizar mínimamente ese comunicado y plantearnos en qué medida supone un paso adelante en el camino por el que es imprescindible avanzar a raíz de la crisis polaca: es decir, en el análisis de la naturaleza del sistema soviético y de nuestras conexiones con el mismo, así como en la reflexión sobre las vías y el contenido mismo de un socialismo democrático, que sea el fin de la exploración y el comienzo de la efectiva liberación del ser humano.

Pues bien, el comunicado del CC en torno al golpe militar de Polonia es, bajo su lenguaje pomposo, un texto ambiguo que no supone ningún paso adelante en el análisis de los fenómenos que se producen en los países de la órbita soviética. Dentro de la nula sistematicidad que presenta ese texto se encuentran en él dos ejes en torno a los cuales se acumulan los conjuntos de frases. El primero es el de la afirmación de que lo que ha fracasado en Polonia es la exportación de un modelo que "estaba en contradicción con la realidad polaca". El segundo eje consiste en un intento, lleno de rodeos y de lagunas, de criticar ese modelo sin ponerlo en cuestión, justificando sus orígenes y concluyendo, reiterativamente, que "ese modelo ha sido exportado, impuesto a otros países, olvidando la visión de Lenin sobre la diversidad de formas de paso al socialismo".

La limitación del texto reside precisamente en estos dos ejes que lo conform an. El primero, es de por sí tan obvío que cae por su propio peso. Sólo faltaba que, a estas alturas de la historia, alguien pensara en serio que la revolución o los modelos se pueden exportar e imponer. Incluso la Komintern, en su VII Congreso de 1935, reconoció este principio, aunque con escasa efectividad si tenemos en cuenta acontecimientos posteriores. El texto del CC, para adornar esa conclusión evidente, pretende describir cómo actuaba ese modelo exportado en Polonia, y dice:

"De hecho, en Polonia, con la agudización de la crisis económica, se ha puesto en evidencia la contradicción entre un sistema político, un modelo de Estado burocratizado que controla y decide todo por encima de la sociedad y el interés y la voluntad de ésta, de los trabajadores de tener una participación, un poder decisorio, de autogestionar el socialismo".

Descripción que sin duda es tan correcta como obvia, pero en la que falta el más mínimo análisis. ¿A quién representa, qué intereses sirve ese Estado que controla y decide todo por encima de la sociedad, en el que no tienen ni participación ni,poder decisorio los trabajadores? ¿Puede considerarse socialista un sistema en el que el Estado se sitúa'por encuna de la sociedad y en el que los trabajadores no tienen ni presencia ni incidencia? Preguntas que él texto del CC elude cuidadosamente y sustituye, en cambio, en lo que considero su segundo eje, por un intento difuso de descripción del devenir de ese modelo. Cautelosamente se emplean para ello cuatro párrafos repletos de loas y alabanzas a la gran revolución de octubre, que culminan en Ía siguiente frase: "Creó un tipo de Estado y unas relaciones de propiedad que desempeñaron un papel profundamente revolucionario en el mundo". Afirmación que, al menos en su primera parte, es de una,audacia sin límites y desconoce el conjunto de reflexiones críticas de Lenin en los años anteriores a su muerte respecto al aparato estatal soviético, cosa paradójica teniendo en cuenta la abundancia de citas y referencias a Lenin que contiene el texto. Pero además, a continuación de esa alabanza, se añade para profundizar la explicación que ese Estado, "bajo la dirección de Stalin"..., "tampoco ha llegado a ser lo que en términos marxistas se conoce por el proletariado organizado como clase dominante, es decir, una auténtica democracia obrera" (subrayados míos). Y un poco más adelante se advierte que Lenin y otros dirigentes de la revolución fueron "conscientes de las dificultades para edificar un régimen socialista completo en un país tan atrasado".

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Es decir, se sustituye un análisis en profundidad del modelo difusamente criticado por la reiteración de afirmaciones ya formuladas en los años sesenta, cuando empezaron a ponerse de manifiesto los fracasos del sistema soviético, y que contienen un esquema simplista de explicación de los mismos, totalmente insuficiente hoy, que en síntesis consiste en:

a) La revolución de octubre no puede ser criticada, puesto que fue perfecta.

b) Sin embargo, por lo atrasado de la propia Rusia, el socialismo edificado no podía ser completo, ni la democracia obrera auténtica.

c) En la época de Stalin se elevaron las deficiencias a dogmas y a modelos, exportables. Aquí reside el origen de todos los males.

Explicaciones incongruentes

Junto a esto, el comunicado del CC contiene también'otras pretensiones que no es ocioso analizar. Responden estas pretensiones, a un intejato de justificarse en el interior del partido ante una base que se presume no entiende, o no ya a entender, una postura crítica frente al golpe militar de Jaruzelski. Para ello se procede a un conjunto de explicaciones que, bien por innecesarias, bien por incongruentes, contribuyen a hacer todavía más farra goso, el texto que comento:

1. Se afirma: "No ignoramos la manipulación anticomunista que el imperialismo realiza utilizando los acontecimientos de Polonia, en la que participan también sectores socialdemócratas". Esta afirmación ignora, sin embargo, que ha sido la socialdemocracia alemana la que ha demostrado una actitud más conciliadora con el régimen de Jaruzelsky. Y a su vez se contrapone con otra afirmación realizada sin ninguna explicación ni análisis en este mismo texto: "Los Gobiernos europeos, exceptuando el de la señora Thatcher, están mostrando una actitud constructiva que contrasta con las tomas de posición de la Administración americana".

2. El CC se ve obligado a realizar una larga y prolija explicación del papel de la Iglesia en Polonia, tan obsesiva que se deja en el tintero aspectos tan fundamentales para entender lo que ha ocurrido como son una referencia detallada al papel de los intelectuales polacos en las sucesivas crisis del régimen, y lo que es aún más significativo, una mínima caracterización del papel jugado por la clase obrera y en concreto por Solidaridad, el sindicato donde aquélla, mayoritariamente se ha organizado. A diferencia del comunicado del CC del PCI, donde ambos extremos son tratados en profundidad, el comunicado que nos ocupa pasa sobre estos temas como sobre ascuas.

3. Es inexplicable que el comunicado contenga algunos: errores históricos de bulto, como el referente al papel jugado por Gomulga en la crisis del 56. Se afirma que en 1956 se había producido un verdadero levantamiento nacional conducido por un líder. comunista: Gomulga", cuando Gomulga estaba al margen de toda,actividád política en aquel momento y fue apresuradamente colocado al frente del POPP como hombre capaz de, crear un nuevo clima.O como el que se refiere a "los acontecimientos de septiembre de 1980", cuando esos acontecimientos tuvieron lugar, como se sabe, en el mes de agosto de ese mismo año.

4. El texto no entra en el análisis de una de las enseñanzas más cla ras del proceso polaco: la ineludible transformación/renovación de los partidos comunistas si quieren contribuir a los procesos revolu cionarios en los países capitalis tas. El comunicado despacha toda la problemática crucial, que se ex trae de los mismos acontecimientos polacos, sobre la relación par tido/sujetos de la revolución con una frase que, a la luz de la situa ción del PCE, es un sarcasmo: "El modelo a que nos referimos ha producido el fenómeno de que toda discusión democrática en el partido ha sido excluida".

Necesidad de ruptura

Como he indicado al comienzo de este artículo, creo que el golpe militar en Polonia exigía, en primer lugar, un análisis del modelo soviético y sus derivados que abordase de una vez el carácter socialista de esos regímenes. En repetidas ocasiones, en mi anterior etapa como miembro de la dirección del PCE, he escuchado la tesis sustentada por Carrillo de que, del mismo modo que el capitalismo es compatible con regírnenes democráticos o autoritarios e incluso fascistas, el socialismo también lo es.

En segundo lugar, los acontecimientos de Polonia exigían un nue vo paso en la ruptura de las rela ciones con el PCUS y los partidos de su órbita, especialmente el POUP. También el reconocimien to del agotamiento del impulso re volucionario de octubre, como ha hecho el PCI, y el desligarse de toda terminología de movimiento comunista internacional. En lugar de ello, en el comunicado se afirma: "Ya en la Conferencia Inter nacional de 1969 de los PP CC, quedó claro que el PCE abandonaba toda relación privilegiada con el PCUS, y de esa trayectoria no se ha separado. No ha habido rup tura de relaciones con el PCUS...". Pues bien, esta era la ocasión para dar un paso más allá. Para no permanecer estancados en un nivel de análisis primario ante hechos de la gravedad del golpe militar, en Polonia, impulsados directamente por la URSS. Nivel primario que la actuaidirección del PCE no quiere superar. Sin darse cuenta, o sin querer percibir, que ese nuevo nivel de ruptura es la condición necesaria para que la reafirmación que contiene el texto de "una serie de concepciones de fondo, eurocomunistas, su peradoras de las deformaciones introducidas en la cultura del movimiento comunista", etcétera, tengan una mínima credibilidad.

En resumen, cuando tras los acontecimientos de Polonia hacía falta aportar algo nuevo a la insuficiente reflexión marxista sobre los fenómenos de hoy, nos encontramos con una mercancía vieja y averiada. Los socialistas han dado el carpetazo a todo debate teórico sobre el tema, señalando que lo ocurrido en Polonia no hace sino confirmar sus posiciones. A diferencia de un PCI que ha abordado el problema de frente, entrando en las raíces de los acontecimientos polacos, perdiendo, por tanto, la unanimidad que otrora le caracterizaba y ganándose con ello la fuerte reacción soviética ya conocida, el PCE ha seguido insistiendo en esquemas que tienen poco que ver con la necesidad de dar un nuevo auge a la lucha por el socialismo en los países del Occidente capitalista.

es diputada del PCE por Alicante y militante de base del partido.

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