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RELIGIÓN

Juan Pablo II defiende ante los obispos andaluces la religiosidad popular

Juan Arias

Juan Pablo II recibió en la mañana de ayer a los obispos de las provincias eclesiásticas de Sevilla y de Granada, a quienes dirigió un discurso en español de 2.000 palabras. El Papa les dijo que sabía que ellos representaban aproximadamente «la cuarta parte de toda la querida nación española», una zona, añadió el Papa, «de rica historia cristiana y precristiana y de venerable tradición eclesial, que se remonta a la era apostólica».

Según el papa Wojtyla, el momento actual es particularmente importante en esta zona, ya que, dijo, «la situación específicamente religiosa y los factores ambientales socioculturales, económicos y políticos plantean a la fe de vuestros fieles, y lo harán no en menor grado en el próximo futuro, múltiples desafíos, a los que no podéis ser insensibles como pastores». ¿Qué deberán hacer los obispos? «Ello requerirá de vosotros», afirmó el Papa, «claros discernimientos, seguras opciones tomadas desde el evangelio e iniciativas valientes que sean idóneas para orientar válidamente las conciencias de vuestros diocesanos».Por lo que se refiere a los problemas de orden social que hoy aquejan a aquellas zonas de Andalucía, Juan Pablo II quiso subrayar lo que él llamó «el momento difícil de la situación económico-social en vuestra zona», y recordó concretamente «el doloroso fenómeno de] extenso paro que sufre vuestra región en el campo y en las ciudades». Todo esto, ha afirmado el Papa, «os exige un testimonio de iluminación y compromiso, una predicación adecuada y un empeño exigente en favor de la implantación de una mayor justicia social».

El Papa pidió también a los obispos que hicieran «una llamada urgente a la comunicación cristiana de bienes, eficazmente canalizada a través de vuestras organizaciones de caridad». Después, Juan Pablo II recomendó mucho a los obispos de estas provincias eclesiásticas de Sevilla y de Granada, que comprenden, además de estas dos ciudades, las de Huelva, Tenerife, Córdoba, islas Canarias, Cádiz y Ceuta, Jerez de la Frontera, Almería, Cartagena, Jaén, Málaga y Guadix, que estuvieran muy atentos a la religiosidad popular, que Pablo VI llamaba también, dijo el Papa, «piedad popular» o «religión del pueblo».

Todos los elementos de esta religiosidad popular deben ser analizados, según el papa Wojtyla, «con atención, respeto y, cuidado» porque representan «un fruto de la presencia fundamental de la fe católica» y «una experiencia propia de lo sagrado» recibida después de «numerosas influencias culturales que han dado a vuestros pueblos características propias». Eso sí, ha añadido Juan Pablo II a los obispos andaluces, «es necesario al a mismo tiempo vigilar, a fin de que los elementos menos perfectos de esta religiosidad popular se vayan progresivamente purificando y los fieles puedan llegar a una fe auténtica y a una plenitud de vida en Cristo».

A pesar de los rumores que ayer circularon en el sentido de que el Papa podría hacer público a los obispos andaluces quién sería el sucesor del cardenal de Sevilla, que tiene presentada la dimisión por razones de edad desde hace más de un año, no se ha podido saber nada.

El día 6 de febrero será recibido por el Papa el próximo colectivo de obispos españoles con motivo de la visita ad limina. Se trata de los prelados de las provincias eclesiásticas de Oviedo y de Valladolid, con el arzobispo de Oviedo en cabeza, que es también presidente de la Conferencia Episcopal.

Por otra parte, la secretaría de Estado del Vaticano, por medio del prelado español Martínez Somalo, ha enviado una carta de agradecimiento a los trescientos estudiantes granadinos que escribieron al Papa a raíz del atentado que sufrió el 13 de mayo de 1981. La carta hace constar la emoción de Juan Pablo II ante el gesto de los estudiantes granadinos, alentándoles a poner en práctica el evangelio en el mundo universitario.

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