Reprobación general en Francia por la compra de gas siberiano
La firma del acuerdo franco-soviético por el que la URSS le venderá a Francia 8.000 millones de metros cúbicos de gas en veinticinco años ha suscitado en este país una desaprobación casi general. La presidencia de la República emitió ayer un comunicado, sin embargo, en el que señala que en caso de intervención de la URSS en Polonia, no solo éste, sino también todos los demás acuerdos con Varsovia serían inmediatamente cancelados.Sólo los comunistas consideran el acuerdo como "un acontecimiento político". El Gobierno señala que los demás países de Europa occidental hacen lo mismo y con ello subraya que hay que disociar las relaciones económicas y las políticas.
La segunda central francesa, la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), socialista autogestionaria y favorable al mitterrandismo, estima que Francia ha escogido un mal momento para firmar el contrato de gas con la URSS, precisamente en plena "normalización" polaca. Fuerza Obrera (FO), el tercer sindicato galo, socialista moderado, se manifiesta en términos similares.
El líder neogaullista Jacques Chirac se escandaliza y declara que "en lo sucesivo, los socialistas ya no pueden defender los derechos del hombre, en general, y los de los trabajadores polacos, en particular".
No sólo la Prensa de la oposición, sino todos los medios que son más sensibles al poder (Le Monde, Liberation, Le Matin, entre otros), destacan las contradicciones de la diplomacia francesa y concluyen que, en definitiva, "la cínica declaración del ministro de Exteriores, Claude Cheysson, al afirmar que el golpe de Varsovia era un asunto interno es la única que responde a la conducta posterior del Gobierno, que se había destacado en Occidente como el país que condenó más firmemente a los militares polacos y a la URSS como instigadora del golpe".
Alguno de los diarios precitados habla de "pacto franco-soviético" al recordar el pacto germano-soviético que precedió la segunda guerra mundial.
El Gobierno socialista con participación comunista de Pierre Mauroy estima que es, posible abrir compartimientos entre las relaciones políticas y las económicas.
El primer ministro afirmó ayer que el contrato de gas no normalizará las relaciones franco-soviéticas mientras que la URSS no retire sus tropas de Afiganistán.
Paralelamente, recuerda que no está dispuesto a seguir las directivas de Estados Unidos, porque "las sanciones económicas a la Unión Soviética y a los países del Este se ha comprobado que no sirven para nada".
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