La JUJEM, órgano colegiado superior de la cadena de mando
La Junta de Jefes de Estado Mayor (JUJEM) tiene atribuida institucionalmente la categoría de "órgano colegiado superior de la cadena de mando militar de los Ejércitos" y, por tanto, se constituye en el instrumento de máxima importancia para los asuntos militares. No tiene potestades decisorias, sino que sus funciones quedan limitadas al ámbito del asesoramiento. Las funciones y responsabilidades de la JUJEM quedaron establecidas en un Real Decreto-ley de 8 de febrero de 1977 y matizadas en abril de 1978 por otra disposición legal que armonizaba dichas funciones con las encomendadas al Ministerio de Defensa.Corresponde al Consejo de Ministros, a propuesta del presidente del Gobierno, el nombramiento de presidente de la Junta, que debe ser un teniente general o almirante perteneciente al grupo de mando de armas; durante el ejercicio de su cargo, el presidente de la JUJEM pasa a ser el más antiguo en las escalas del Ejército, Armada y Aire. Los jefes de Estado Mayor de los tres Ejércitos forman parte de la Junta y, al mismo tiempo, garantizan el funcionamiento autónomo de aquéllos. El presidente de la JUJEM es, automáticamente, jefe del Alto Estado Mayor, que tiene encomendadas las funciones de asesoramiento de la Presidencia del Gobierno.
Las competencias de la Junta son las siguientes: prestar asesoramiento técnico en la fijación de los criterios básicos de la organización militar de alto nivel; programar y proponer la realización de ejercicios o maniobras conjuntas y combinadas, así como los mandos que han de planearlos y conducirlos; coordinar la logística dé los tres Ejércitos de acuerdo con el plan estratégico conjunto y posibles planes combinados; coordinar asimismo los sistemas de telecomunicaciones y de guerra electrónica necesarios para el ejercicio de la conducción estratégica y velar por la moral, disciplina y eficacia conjunta de las fuerzas de los Ejércitos.
El primer presidente de la JUJEM fue el teniente general Fernández Vallespín, nombrado a primeros de febrero de 1977. Tras su fallecimiento, en abril de ese mismo año, fue designado para sustituirle el teniente general del Aire Felipe Galarza; el 9 de septiembre de 1978 este último pasó a la situación "B" y el Gobierno nombró al teniente general del Aire Ignacio Alfaro Arregui, quien ejerció el cargo hasta el día de ayer.
La JUJEM adquirió especial relevancia política por su inequívoca posición de lealtad al Rey y dé defensa de la Constitución en el intento de golpe de Estado del 23 de febrero. Su reacción enérgica ante el llamado manifiesto de los cien, en diciembre de 1981, fue, del mismo modo, favorablemente resaltada en medios políticos.
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