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La desmonopolización de la deuda pública a corto plazo, principal tema del almuerzo de grandes banqueros

La política monetaria para el presente año fue el tema casi monográfico tratado ayer en el almuerzo entre el gobernador del Banco de España, José Ramón Alvarez Rendueles, los presidentes de los ocho grandes bancos y el titular de la patronal bancaria, según los escasos comentarios recogidos en medios allegados a los presentes. Pese a que tras la reunión éstos guardaron total reserva, todo parece indicar que no hubo acuerdos sobre moderación de dividendos bancarios. El hecho de que una veintena de entidades los haya propuesto superiores al 8% puede conducir a próximas indicaciones por escrito de la autoridad monetaria.

Varios de los asistentes han querido dar la impresión de que el almuerzo fue breve y tuvo carácter rutinario. Frente a la expectación creada sobre la posibilidad de que se abordaran los temas de máximo interés para el sector en estos momentos (moderación de dividendos en el primer año de liberta d vigilada, nivel de cobertura de los morosos o fallidos, posibilidades de emisión de deuda pública a corto, etcétera), señalaron que la reunión estaba prevista desde las pasadas Navidades para hablar sobre la financiación del déficit público, pues los grandes de la banca no se reunían juntos con el gobernador desde el pasado mes de marzo.Según dichas fuentes, existe gran preocupación entre la banca sobre el presupuesto de política monetaria. Teme esta que la financiación del déficit público para el presente año (695.000 millones en los Presupuestos del Estado para 1982, un billón entre administraciones públicas y empresas según la banca), unida a la necesidad política de no cortar las posibilidades de recuperación económica con un alza de los tipos de interés del crédito al sector privado, lleve a las autoridades a tomar decisiones perjudiciales para los bancos.

En síntesis, las posturas son: de un lado, la banca (con algunas diferencias de criterio interiores) quiere reducir al máximo la salida de deuda pública a corto plazo, pues supone una competencia del Estado en la captación de ahorro; de otro, el Gobierno tiene el criterio de ofrecer la mayor cantidad posible al público. Los Presupuestos del Estado para 1982 señalan que la mitad del déficit será financiado con recurso del Tesoro al Banco de España y la otra mitad con: 100.000 millones de pesetas con deuda exterior y el resto con interior (120.000 millones a corto y 127.000 millones a medio plazo).

Condiciones de la banca

Durante las últimas semanas, representantes de la banca han tenido conversaciones con Hacienda, Economía y el Banco de España. Sin embargo, las posibles salidas no han sido concretadas, después de barajar numerosas variables en cuanto a extensión de los suscriptores, valor mínimo de los títulos de deuda a corto (cuanto más elevado sea, menor interés para el público en general), dimensión de aseguramiento de la banca, etcétera.Incluso dentro de los grandes bancos había sus diferencias. Tras haber cedido en ampliar el campo de los 20.000 primeros millones a corto emitidos el año pasado para entidades con acceso al mercado, monetario (bancos y cajas, aseguradoras, entidades de inversión colectiva, intermediarios financieros), algunos de los grandes bancos se negaban en rotundo en admitir la extensión de la oferta al público en general.

Sin embargo, las resistencias han ido cediendo y ahora se habla de condiciones. El almuerzo celebrado el pasado lunes por los presidentes de los ocho grandes representantes ole casi las cuatro quintas partes de los depósitos bancarios, parece haber servido para empezar a, aproximar posiciones, a juzgar por lo expuesto en el almuerzo de ayer.

Ciertamente, se comenta con insistencia en medios financieros que los instrumentos de regulación monetaria (subastas de dinero por el Banco de España para dar liquidez al sistema, venta de bonos del Tesoro y certificados de depósito para retirarla y financiar el déficit público, fundamentalmente) están demostrando cierta ineficacia. A finales de noviembre pasado se superaron los 700.000 millones de pesetas entre los dos instrumentos de drenaje, pese a que los tipos de interés eran mucho más altos.

Si se llegaran a complicar las cosas, la autoridad monetaria podría llegar la actuar directamente sobre los tipos de interés o introducir coeficientes. Quizá por eso la banca acepta que, a nivel macroeconómico, utilizar las emisiones de deuda a corto plazo para regular la política monetaria es correcto, aunque discuta la oportunidad de su implantación en las circunstancias actuales.

Dividendos

En cuanto a los dividendos, las versiones recogidas tras la reunión indican que no ha sido concretado nada, aunque los bancos ya sabían que no serían bien vistos aumentos de dividendos superiores al 8% de los recursos propios.El estreno de libertad, tan reiteradamente pedida en declaraciones públicas durante los 40 años de limitación al 6%, ha llevado a varios grandes bancos, aunque también a muchos pequeños, a sanear menos sus carteras para poder ofrecer mayores beneficios. Así, es probable que el aumento de beneficios brutos ronde el 30% entre los primeros.

Durante los dos primeros años, los bancos puede abrir el pago de dividendo desde el 20 de enero (segundo a cuenta o complementario), una vez que envíen sus cuentas al Banco de España y este analice la procedencia del anuncio. En torno a una veintena de entidades han propuesto dividendos superiores al 8% (la mayoría de los grandes y los buenos de siempre). Pero la impresión es que los que no podrán repartir dividendo serán más que el año pasado, superando quizá el medio centenar.

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