El Consejo Regional de Asturias pone en marcha un plan de animación cultural
La Consejería Regional de Cultura, cuyo titular es Rodrigo Artime, del PSOE, ha puesto en marcha un plan de «animación cultural», a través de los ayuntamientos asturianos, con la finalidad de potenciar la participación y creatividad de los ciudadanos. Hasta ahora, la citada Consejería organizó, en colaboración con diversos ayuntamientos, dos cursillos de animación durante los últimos meses. En el último, finalizado el pasado 21 de diciembre, participaron representantes de los municipios de Oviedo, Avilés, Navia, Boal, Ribera de Arriba, Mieres, San Martín del Rey Aurelio, Caso, Laviana, Nava y Corvera, que con los tres ayuntamientos que ya cuentan con animadóres culturales (Gijón, Pola de Lena y Castrillón) constituyen el punto de partida del plan.Los ayuntamientos becarán a los animadores culturales, y la Consejería de Cultura se encargará de la coordinación a través del equipo de «animación y recursos culturales», para conseguir intercambio de experiencias.
Según una antología de textos, extraída por la Consejería Asturiana, del libro titulado Animación socio-cultural, ésta consiste en una tentativa de aportar una solución a la existencia de un «foso» cultural que no solamente está en contradicción con el ideal de justicia social, sino que además destruye el efecto de las medidas económicas, políticas y educativas, que tratan de alcanzar una democracia en profundidad, una humanización y una verdadera igualdad de oportunidades.
Las iniciativas llevadas a cabo en numerosos países van desde la acci ón de los grandes centros socioculturales, instalados en locales permanentes, a exposiciones en la calle; desde pequeños grupos contestatarios a proyectos de renovación urbana patrocinados por los Gobiernos. Todas estas acciones tienen en común los caracteres siguientes: tratan de aportar, en el plano mental, fisico y afectivo, a los habitantes de un sector dado, un estímulo que les permita ampliar su gama de experiencias y, a partir de ello, realizarse, expresarse plenamente y tomar conciencia de su pertenencia a una comunidad en la que influyen. Como esta animación se dirige a estratos de la población poco inclinados hacia los actuales tipos de programas educativos,y culturales, se recurre a técnicas especiales para estimular y sostener su interés. El objetivo de estas acciones es ensanchar el «repertorio» de experiencias, causas y valores que constituyen la personalidad.
Tanto en su forma francesa de animation socioculturelle, después de la segunda guerra mundial, como en la inglesa de community development, la animación era una reacción al fracaso de las actividades culturales y educativas del siglo pasado.
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