La abundancia de saberes conduce a la ligereza de juicio, según Caro Baroja

La inmensidad de saberes del hombre moderno, su capacidad de conocimiento, va unida a una ligereza de juicios considerable por la disonancia que existe entre la posibilidad de saber y la posibilidad de ignorancia, cuestiones que caminan de forma paralela, según explicó el historiador Julio Caro Baroja durante la presentación en Pamplona, en la noche del lunes, de un libro editado por Eusko lkaskuntza (Sociedad de Estudios Vascos).

El segundo volumen de Navarra: elementos para su estudio regional, escrito por el economista losu Ardaiz y editado por la Sociedad de Estudios Vascos (es el primer libro que edita Eusko lkaskuntza desde que en 1936 suspendiera sus actividades a causa de la guerra civil), fue calificado por Julio Caro Baroja como «una obra espléndida, que nos debe hacer meditar acerca del momento no sólo económico, sino histórico-cultural, en que vivimos». Para el historiador Caro Baroja, el libro de losu Ardaiz ofrece un paralelismo con la obra de un insigne navarro, Jerónimo de Ustaritz, quien en el siglo XVIII escribió Teoría y práctica del comercio, que fue traducido, en su época, a todos los idiomas cultos del mundo.Durante la presentación del libro de Ardaiz, Julio Caro Baroja, después de asegurar que la Sociedad de Estudios Vascos, en contra de lo que algunos hayan podido pensar, nunca ha tenido carácter político, señaló que una de las claves de los especialistas en historia en el momento actual es la diferencia que existe, en un momento u otro, en los criterios de temporalización y espacialización que deben seguir los historiadores.

En este sentido, manifestó que «lo que para un historiador de la antigüedad o de la Edad Media, e incluso de la Edad Moderna, son lapsos de tiempo grandes, considerables, en los que los hechos se desenvuelven con cierta lentitud, con cierta majestad de movimientos, con cierta suavidad, aunque se registren las alteraciones y las crisis que nunca faltan en la historia, hoy nos encontramos con que la temporalización en la vida económica es algo que nos arrolla, que nos impele hacia un futuro que puede ser previsible hasta cierto punto, pero que también es una incógnita».

En este orden, el historiador Caro Baroja significó que, desde 1950 hasta la fecha, en Navarra, por citar un ejemplo próximo, se han registrado más transformaciones económicas, cuantitativa y cualitativamente, que en siglos de existencia anterior.