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Francisco Umbral presenta su libro "La bestia rosa" rodeado de maniquíes

«La segunda realidad propiamente humana que apareció en la historia fue el erotismo. Entonces desapareció para siempre el sexo entendido como pura biología», dijo anteayer Francisco Umbral en la presentación de su libro La bestia rosa, publicado por la Editorial Tusquets en su colección La Sonrisa Vertical. «En sexualidad», dijo Umbral, «prefiero siempre el erotismo, es decir, la poesía, a la pura biología».Francisco Umbral situaba sus gustos literarios -en ningún momento se habló de otra cosa que no fuera literatura- con respecto a los criterios del director de la colección y de cine, Luis García Berlanga, que no era la primera vez que decía preferir «lo ereccional» en escritura erótica. Umbral dijo que se sentía mucho más cerca de las preferencias literarias de la editora, Beatriz de Moura, que gusta de escritos más elípticos y elaborados, pero que había escrito el libro (Umbral) «en la zona dialéctica entre ambos polos».

Todo esto ocurría en el escaparate-tipo que El Corte Inglés tiene en su depósito de maniquíes, entre muñecas pálidas y otras carnosas, desnudeces de plástico que aconsejaban no fumar, y buen número de la créme de la créme de la sociedad literaria y artística, y de la otra, madrileña. Una pareja de maniquíes en actitud confusa custodiaba el portal e indicaba el lugar extraño a este tipo de actividades, y muy cerca, el impresionante Rolls Royce de Ramón Areces, el anfitrión de la fiesta. Areces, Berlanga y el propio Umbral fueron pasándose los tres tronos de los Reyes Magos, de espaldas a las maniquíes multirraciales, rotas, superrealistas, llenas de plásticos por partes más o menos pudendas, hasta conseguir que Beatriz de Moura, como una reina por un día, morena -exótica -la luz azulada le favorecía más que a los tres hombres-, ocupara una de las rojas y míticas butacas.

El actor Pepe Martín, que todavía es el conde de Montecristo para quienes no han visto El beso de la mujer araña, fue saludando, entre maniquíes vivas y falsas. «Esas dos rubias son Silvia Polakov y Silvia Alexandrovich, modelos. Y esa señora del modelo de cuadros es Sisita Pastega de Milans. Antes», dice, «era más Catherine Deneuve». Han venido también Lola Salvador y Amparo Soler Leal, Marisa de Borbón y Clauida Gravy... Están Antonio de Senillosa y Francisco García Pavón, como dos vertientes de la amistad de Umbral y del sentido del humor: el cosmopolitismo catalán y la retranca plástica y manchega. Están Michi Panero y Amparo, que van a poner un bar con nombre de Hollywood, aunque suene a los zares: Romanof.

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