Satisfacción en la URSS, pero marcando las distancias
El Kremlin, a través de una declaración hecha pública por la agencia oficial Tass, declaró ayer su satisfacción por el curso que han tomado los acontecimientos en Polonia. A juicio de la mayor parte de los observadores, los dirigentes de la URSS siguen la crisis con bastante expectación, tratando en todo caso de dejar bien aparentes sus distancias y no permitiendo transparentar ninguna duda respecto a que todo es, simplemente, un asunto interno de los polacos.
En todo caso, en la declaración hecha pública por Tass ayer por la mañana, se insiste siempre en la amenaza que la crisis polaca suponía para los aliados del Pacto de Varsovia. Al contrario que en ocasiones anteriores, en las aproximadamete 450 palabras del texto no se hace referencia en ningún momento a los problemas económicos y a la posible responsabilidad que en ellos haya podido tener el sindicalismo independiente puesto en práctica por Solidaridad.En Moscú se destaca también como el Kremlin no ha sugerido -al menos de forma manifiesta- ninguna receta política. Sí se deja bien claro el contento de la URSS por el golpe de timón del general Wojciech Jaruzelski, pero en ningún momento se le dan consejos sobre qué es lo que debe hacer para superar la crisis.
Tass sólo manifestaba los deseos de los dirigentes soviéticos de que se "resuelvan con éxito los difíciles problemas" que se plantean en Polonia. En este sentido, en medios diplomáticos occidentales se comentaba ayer que Jaruzelski tiene las manos libres para obrar a su gusto en política interna.
No obstante, la declaración soviética recordaba nuevamente a los dirigentes de Varsovia -en esta ocasión, a la Junta Militar- las implicaciones que la crisis Polaca tiene dentro del bloque comunista.
"Los enemigos del socialismo" que "trataban de derribar el régimen social, se acusaba en el comunicado de Tass, "habían puesto en duda la independencia de la República popular polaca".
"Estas fuerzas", añadía, "trataban de minar la amistad soviético-polaca", establecida en la lucha común contra el fascismo y desarrollada multiformemente en décadas posteriores". El resultado era la "amenaza directa" al cumplimiento de los deberes de Polonia para con sus aliados, lo que afectaba directamente a los "intereses de la seguridad" de todos los miembros del Pacto de Varsovia.
Tomar distancias
A pesar de las distancias que los soviéticos pretenden tomar frente a los últimos acontecimientos de Polonia, en Moscú se subrayaba ayer cómo el Kremlin ha obviado su punto de vista sobre las posibles soluciones que el Consejo Militar de Salvación Nacional puede ofrecer para el arreglo de la crisis económico-social, destacando, sin embargo, lo que afecta directamente a sus propios intereses: la seguridad y cohesión del bloque socialista.Significativo es también, según se comentaba ayer en la capital soviética, cómo el Kremlin ha eludido cualquier referencia al papel rector del partido comunista, que, en este caso, ha sido relevado por las fuerzas armadas, menos desprestigiadas entre los polacos y también menos afectadas por los casi dieciocho meses de crisis que vive aquel país.
En los análisis hechos por los soviéticos no faltan nuevas alusiones al apoyo exterior supuestamente recibido durante los últimos tiempos los enemigos del socialismo, en Polonia. La declaración hecha pública ayer por la agencia Tass advierte a ciertos medios occidentales sobre las interpretaciones que éstos den al asunto. Según Tass, podrían considerarse como injerencias en los asuntos internos polacos.
Autoinvasión
El Kremlin se muestra interesado en que el problema no se internacionalice, opina en Moscú buen número de observadores. Las posibles interpretaciones de ciertos medios occidentales, que el Kremlln rechaza de antemano, serían aquellas que traten de ver en el golpe de timón de Jaruzelski una autoinvasión militar.A pesar de que desde hace meses los soviéticos dejaron bien claro que se sentían afectados en su seguridad por la evolución de los acontecimientos en Polonia, la tensión en las relaciones entre Este y Oeste limitaba sensiblemente las posibilidades de intervención en ese país de los Estados hermanos del Pacto de Varsovia.
Para Moscú, la principal preocupación consiste ahora en saber si el Consejo Militar de Salvación polaco podrá o no hacerse con la situación; sólo una hipotética división del Ejército de Polonia pondría en una difícil tesitura a los demás países del Pacto de Varsovia. De momento, el prestigio que el general Jaruzelski parece poseer entre sus compañeros de armas convierte esta hipótesis en algo improbable.
El diario Pravda, único que sale a la calle los lunes en la Unión Soviética, publicó ayer el discurso de JaruzcIski anunciando la instaura ción del estado de emergencia en Polonia, a pesar de que el texto había sido difundido durante todo el domingo por la radio y la televisión soviéticas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.