_
_
_
_

La soberanía sobre el mar Egeo, uno de los principales contenciosos entre Grecia y Turquía

La soberanía sobre el mar Egeo, "un mar griego con una orilla turca", según una definición bastante extendida, es, junto con Chipre y la minoría turca en Tracia, uno de los principales puntos de disputa entre Atenas y Ankara. Un conflicto que afecta a la estabilidad del flanco sureste de la OTAN y que, tras la llegada al poder en Grecia de Andreas Papandreu, se ha convertido en una de las preocupaciones más serias de la Alianza

La formación territorial del Estado griego, desde la guerra de independencia contra el imperio otomano (1821-1832) hasta la segunda guerra mundial, en que Grecia finalizó su expansión al obtener de Italia las islas del Dodecaneso, está en el origen de la disputa. Atenas tiene soberanía sobre cerca de 3.000 islas en el mar Egeo, algunas de las cuales están a sólo unas decenas de kilómetros de la costa turca.La Convención de Ginebra de 1958, ratificada por Grecia, pero no por Turquía, distribuye las aguas territoriales en el Egeo, con los límites actuales de seis millas marinas, del siguiente modo: un 56,2% son aguas internacionales; un 35%, aguas territoriales griegas, y el restante 8,8%, aguas territoriales turcas.

El primer conflicto se produjo en noviembre de 1973, cuando el Gobierno de Ankara concedió veintisiete permisos de prospección petrolera en una zona de la plataforma continental turca considerada por Grecia como dentro de sus aguas territoriales. Las riquezas minerales del fondo del mar Egeo y, concretamente, la posible existencia de yacimientos de petróleo (algo que parece confirmado en el caso de las proximidades de la isla de Tasos) son, por supuesto, la fuente esencial de la disputa entre los dos países miembros de la OTAN.

Atenas y Ankara intercambiaron varias notas de protesta a raíz de este incidente, hasta que en julio de 1974 el golpe de Estado urdido por los coroneles griegos contra el arzobispo Makarios y la consiguiente invasión turca del norte de la isla de Chipre elevaron al máximo la tensión entre las dos naciones.

El viaje de prospección petrolera por el Egeo del barco turco Sismik I, en julio de 1976, creó una nueva fricción, y Grecia recurrió al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y al Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, quien más tarde se declararía incompetente para entender en el caso. La ONU, por su parte, aprobó una resolución en la que se invitaba a las dos partes a "reemprender negociaciones directas que lleven a soluciones mutuamente aceptables". Altos funcionarios del Gobierno turco resumieron así su postura sobre el conflicto del mar Egeo: "No poderno! Gaceptar la intencíón de Atenas de convertir el Egeo en un lago griego. Esta zona geográfica tiene características muy especiales, por lo que no se pueden aplicar las normas internacionales como en otros lugares. Si Grecia ampliara, por ejemplo, de seis a doce millas sus aguas territoriales, éstas llegarían a la costa turca en muchos casos, impedirían teóricamente el acceso de nuestros barcos al mar e impedirían el tráfico marítimo entre dos de nuestras ciudades más importantes, Estambul y Esmirna.

La plataforma continental

Ankara no acepta que las islas griegas del este del Egeo tengan derechos sobre la plataforma continental. Esta plataforma es, para los turcos, la "prolongación natural" de la costa de Anatolia. Además de las seis millas marinas de soberanía desde la costa, Turquía pretende tener derechos sobre la plataforma continental, mientras que las islas sólo tendrían derecho a las riquezas marinas existentes hasta 200 metros de profundidad.

En Atenas, un responsable del Movimiento Socialista: Panhelénico (PASOK), partido que ganó las elecciones de octubre pasado y que mantiene posturas muy nacionalistas y radicales sobre este conflicto, aseguraba que "no estamos dispuestos ni siquiera a discutir este tema, porque el mero hecho de sentarse a una mesa negociadora supondría ya una concesión para los turcos".

Grecia se apoya en la Convención de Ginebra de 1958 y, sí bien no niega a Turquía el derecho a poseer una plataforma continental en el Egeo, se remite a los acuerdos internacionales. Hasta el momento, sin embargo, Atenas no ha optado por ampliar a doce millas sus aguas territoriales, decisión que podría crear un serio conflicto con Ankara.

Otros aspectos de la disputa, como el control del espacio aéreo en el Egeo y la existencia de fortificaciones militares en las islas orientales, no hacen sino complicar aún más una situación que la llegada al poder de los socialistas helenos puede complicar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_