Severa advertencia de EE UU a Cuba y Nicaragua ante la Asamblea de la Organización de Estados Americanos
ENVIADO ESPECIALEl secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, lanzó ayer una severa advertencia contra Cuba y Nicaragua, al tiempo que defendía los principios de la democracia y de la no intervención y seguridad colectiva, en su discurso pronunciado ante la XI Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Haig, que recibió calurosos aplausos al término de su esperado discurso, también citó el apoyo de EE UU para las elecciones generales en El Salvador (previstas para marzo de 1982), "como paso hacia una solución política del conflicto".
Simultáneamente, el jefe de la diplomacia estadounidense definió una agenda para la cooperación que, de acuerdo con los principios expuestos por el presidente Ronald Reagan en la reciente cumbre de Cancún, entre países ricos y países pobres, debe basarse en un estímulo de la inversión privada en los países en vías de desarrollo.
Haig dijo que EE UU prepara un paquete de medidas de cooperación económica, destinadas al área del Caribe y Centroamérica en particular, que incluiría el posible libre acceso al mercado estadounidense de productos originarios de países del área, junto con incentivos tributarios para las empresas que inviertan y asistencia financiera de EE UU, sin que citara cifras en ese último capítulo. También apoyó la celebración de una asamblea extraordinaria de la OEA dedicada a la cooperación y al desarrollo, a celebrar posiblemente en Montevideo, en 1982.
Pero, obviamente, el eje del discurso de Haig ante la OEA fue concretar al más alto nivel la postura de Washington frente al intervencionismo de Cuba y Nicaragua en los países de Latinoamérica. Argumentos que horas más tarde rechazó ante la misma asamblea el ministro de Asuntos Exteriores de Nicaragua, Miguel d'Escoto.
Intervención cubana
"Desde 1978, Cuba, con el soporte de la Unión Soviética, ha emprendido una campaña sistemática de intervención contra sus vecinos", dijo Alexander Haig. Enviando armas y entrenando hombres para "cambios violentos contra Gobiernos legítimos", dijo Haig, citando los casos de El Salvador, Guatemala y, más recientemente, Colombia.
Añadió que en Nicaragua "el progreso económico para el pueblo está amenazado por la militarización", con el establecimiento del Ejército más potente del área y la presencia de 1.500 consejeros militares cubanos. Tanques, bombas y, en el futuro, aviones de caza soviéticos forman el nuevo arsenal de Nicaragua, "que ha violado el principio de no intervención con el envío de armas, municiones y otro material militar a los insurgentes salvadoreños", precisó Haig con voz pausada y mirando de un extremo a otro a los veintiocho cancilleres o embajadores latinoamericanos reunidos en la gran mesa rectangular de la OEA.
"La militarización de Nicaragua es un preludio de guerra para Centroamérica", añadió Haig, "y Estados Unidos se prepara, junto con otros países, a dar los pasos prudentes y necesarios para prevenir que cualquier pais de la región pueda convertirse en una plataforma de terror y guerra en el área".
Moderó Haig, sin embargo, sus duras acusaciones contra el Gobierno de Managua recordando que EE UU "no ha cerrado la puerta para la búsqueda de buenas relaciones". Recordó también las palabras del presidente Reagan de que EE UU "no tiene planes para enviar tropas a Centroamérica".
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