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El libro de Simone de Beauvoir sobre Sartre provoca una polémica en Francia

La compañera del filósofo narra sus relaciones con el premio Nobel

El último libro sobre el filósofo y escritor Jean-Paul Sartre, La ceremonia de los adioses, escrito por Simone de Beauvoir, la que fue su compañera durante cincuenta años, ha desatado una batalla «lamentable o edificante», según las opiniones, en torno a la memoria del autor de La náusea. Los amigos, la hija adoptiva de Sartre, sus lectores, sus adeptos o sus detractores, fulminan o derraman lágrimas. De Beauvoir, en su libro, cuenta los últimos diez años del filósofo, sembrados de enfermedades, de intimidades, de momentos fulgurantes y de calamidades intelectuales.

La ceremonia..., de Simone de Beauvoir, se compone de 150 páginas en las que cuenta El naufragio que es la vejez, como decía el general Charles de Gaulle, y de una conversación con Sartre, mantenida en 1970 y grabada en un magnetófono. Los últimos diez años de la pareja Sartre-Beauvoir fueron como los de cualquier pareja que resbala sobre el último tramo de la tercera edad, pero en filósofos mundialmente conocidos. Por ello, todo lo que Sartre balbucea o sufre tiene interés, aunque no lo tenga. Y, por ello, su compañera de siempre toma nota.Durante esos diez años, los dos vivieron separados, como de costumbre. El denominador común de esos dos lustros fue la degradación persistente de la salud del filósofo. Todo empezó en 1970, por una arteritis cerebral. Y después fue una escalada por el penoso camino del mal físico, agravado porque nunca quiso privarse de sus dos placeres: fumar y beber whisky. Una de las guerras cotidianas de la autora de La fuerza de las cosas consistía en encontrar los paquetes de cigarrillos y las botellas de whisky que Sartre escondía en las estanterías de su biblioteca.

A trancas y barrancas, en los mejores momentos, los dos comían juntos cada día, en sus restaurantes preferidos del barrio de Montparnasse (La Coupole y La Palette). La ceguera le privó a Sartre del trabajo intelectual, pero sus actividades de militante lo compensaron en cierta medida. Así llegó a los últimos días de su vida, en el mes de abril de 1980. Según De Beauvoir, no temía a la muerte, pero sufría de un mal que también le afectó en esta última etapa de su existencia: la falta de dinero. Pocas horas antes de morir le preguntó a su compañera: «¿Cómo se va arreglar lo de los gastos del entierro?». A pesar de todas sus indelicadezas (Sartre vivió rodeado de mujeres siempre), acabó confesándole a Simone de Beauvoir: «Mi pequeño castor, la quiero a usted mucho» (Sartre la llamaba castor y los dos se trataban de usted).

El día 15 de abril de 1980, cuando Sartre ya era cadáver y se quedó sola con él en la habitación del hospital Broussais, Simone de Beauvoir quiso acostarse a su. lado, pero una enfermera se lo impidió, por temor de contagio. Entonces, la escritora, durante unos momentos, separada por la sábana del cuerpo del filósofo muerto, se tendió a su lado.

La publicación de este libro, con la entrevista precipitada, ha escandalizado a muchos amigos del filósofo. Simone de Beauvoir se estima que, apropiándose de la memoria de Sartre, condena injustamente a las personas que en los últimos años le rodearon (jóvenes maoístas), así como a su hija adoptiva, Arlette el Kain Sartre. Esta última hizo pública esta semana su reprobación del libro en cuestión, acusando a De Beauvoir de «simplismo extravagante». Otros comentaristas se enternecen ante la narración de lo que fue la decadencia del hombre y del pensador. Algún comentarista sartriano ve en La ceremonia... el trabajo de «una turista maniaca» que exhibe escenas «que llenan de consternación de la vida íntima de Sartre». En total, la publicación del libro está dando lugar a un ajuste de cuentas entre amigos y allegados.

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