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Jesús María de Leizaola ingresa en la Real Sociedad Vascongada de los Amigos del País

La lección del ex "lendakari" versó sobre la poesía vasca y las bellas artes

Con la lectura de su estudio sobre La euritmia en la poesía vasca y, sus relaciones con las obras bellas artes, el ex lendakari del Gobierno vasco en el exilio, Jesús María de Leizaola, ingresó, anteayer, en la Real Sociedad Vascongada de los Amigos del País (Euscalerriaren Adiskideen Elkarta).

Leizaola, un hombre que ha vivido siempre apasionado con la literatura, sobre la que ha realizado numerosas investigaciones, conseguía de esta forma hacer realidad lo que probablemente ha sido uno de sus más íntimos deseos: formar parte de esta sociedad que agrupa la práctica totalidad de los hombres de ciencias y letras más destacados del País Vasco.La lección del viejo lendakari estuvo salpicada de curiosidades y anécdotas dentro de un tono de humor festivo. Fue acogida, como es habitual, en términos elogiosos por los dos miembros de la sociedad que abrieron y cerraron el acto: Juan Ignacio Uría y Adrián Celaya.

A partir de ahora, Jesús María de Leizaola unirá a su condición de ex lendakari la de Amigo, término que utilizan, con mayúsculas, los miembros de la Real Sociedad Vascongada para denominarse entre sí.

El ingreso de Leizaola coincide con el relanzamiento de esta sociedad, cuyas actividades han ido aumentando en los últimos años. Los Amigos consideran que la asociación inicia ahora una nueva etapa que va a darles una mayor presencia en las esferas públicas, y se muestran confiados en las subvenciones del Gobierno vasco para el ejercicio de sus programas de investigación.

La Real Sociedad Vasconada de Amigos del País fue fundada en 1764 por Xabier María Munibe, conde de Peñaflorida, bajo el lema Irurachat (Las tres en una), expresión que recogía la idea de unificar las actividades intelectuales que se desarrollaban en las provincias de Guipúzcoa, Vizcaya y Alava.

Este marco de referencia fue ampliado de forma oficial en el mismo siglo a «todos los vascos de ambos lados del Pirineo y del Bidasoa y de los demás reinos de Carlos III, incluidos los de ultramar, en donde se crearán delegaciones como Nueva España».

La Real Sociedad de Amigos nace de las tertulias que desarrollaban en. el palacio de Insausti, de Azcoitia, los famosos Caballeritos de Azcoitia, cuyos miembros, componentes de la aristocracia vasca, ayudaron a introducir en la Península las ideas y técnicas europeas más avanzadas de la época. Los Caballeritos constituyeron un centro cultural de primer orden sobre el desarrollo práctico de tres conceptos fundamentales: progreso, razón y libertad.

La Real Sociedad Vascongada asume estos conceptos y fija sus objetivos en su primer reglamento: «Cultivar las inclinaciones y el gusto de la nación vascongada hacia las bellas artes, corregir y pulir sus costumbres, desterrar el ocio y sus funestas consecuencias, y estrechar la unidad de Guipúzcoa y Vizcaya, Alava y de todo el País Vasco».

En 1775 se adopta un reglamento en el que se concreta un programa de trabajo en base a cuatro comisiones que abarcan los campos de «la agricultura y economía rústica; las ciencias y artes útiles; la industria y el comercio, y la historia y las buenas letras».

Todos los miembros se obligan a acudir a la reunión que se celebra anualmente la víspera de san Juan en el palacio de Insausti. La institución estará compuesta por «amigos de número, amigos de mérito, supernumerarios, protectores, instituciones y amigos de honor».

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