La Polonia heterodoxa protagonizó las primeras jornadas del Festival de Cine de Sevilla
Presentadas las películas "De un país lejano" y "Sin amor"
La Polonia heterodoxa ha sido protagonista más o menos directa de las primeras jornadas del II Festival Internacional de Cine de Sevilla, que comenzó el pasado domingo. Anteanoche se estrenó en sesión de gala la película De un país lejano, de Krysztof Zanussi, que tiene como protagonista al papa Juan Pablo II, después de que la directora de un cine polaco sin inquietud social, Barbara Saas, estrenase en el mismo marco Sin amor, un filme que inaugura la trilogía de la misma autora con temas sentimentales y psicológicos como motivo principal.
De un país lejano, estreno nacional en versión italiana, presenta la figura del papa Wojtyla desde su juventud estudiantil hasta su entrada en el seminario tras la segunda guerra mundial, siempre con Polonia al fondo, hasta culminar con su visita, siendo ya Papa, a este país. Por su parte, Sin amor cuenta la historia de una periodista que decide subordinar los sentimientos a su carrera profesional y sus complejas relaciones con una chica a la que acaba por transformar en una copia de sí misma.Ayudante de dirección de Wajda y admiradora de Bergman, Barbara Saas -que aterrizó en Sevilla con el escudo de Solidaridad en la solapa- considera que las inquietudes sociales y morales tienen ya su cauce adecuado en la actual situación política de Polonia y que ha llegado el momento de que los directores de aquel país hagan un cine más artístico y creativo, en el que el estudio de los caracteres y sentimientos humanos tenga un lugar destacado. Saas se quejó de la falta de medios técnicos para hace cine en Polonia, y, ante una pregunta inevitable, replicó que allí las mujeres no tienen dificultades sino privilegios.
Entre otras películas ya estrena das conviene destacar Confiamos en Dios, de Martyn Fieldman, una disparatada historia que cuenta las aventuras del hermano Ambrosio, de la orden trapista, trasplantado por necesidades del convento a la pecaminosa ciudad de Los Angeles. Aunque algunos han querido ver en la cinta una sátira irreverente contra la religión, en realidad la crítica se dirige más bien hacia el establishment eclesial y la proliferación de sectas de dudosa -o indudable- conducta. En el polo opuesto se halla Príncipe de la ciudad, de Sidney Lumet.
En cuanto a la programación de festival, esta segunda edición ha visto considerablemente aumentado el número de cielos sobre personajes relevantes del cine actual sobre problemas específicos. Entre los primeros figuran los dedicados a John Huston -que no ha podido estar en el certamen-, Bernardo Bertolucci e Imperio Argentina, la máxima figura de la interpretación española de hace cincuenta años.
Copia destruible
Otros ciclos incluídos en el programa son los relativos al cine mexicano, infantil, problemas de la juventud actual, grandes mitos y cine español. A propósito del cine nacional hay que decir que los informadores han recibido una hoja de documentación sobre Cinematógrafo 1900, de Juan Gabriel Tharrats (un homenaje a Segundo de Chomón, pionero del cinematógrafo y aportador de notables invenciones técnicas y artísticas), en la que puede leerse un anuncio macabro escrito con rotulador: «Ante la criminal actitud de la Dirección General del Libro y la Cinematografía y como protesta, la copia española de esta película será destruída pasadas las proyecciones del festival».Mención especial merece también la presencia en la ciudad de M. Elmer Bernstein, un monstruo de la música cinematográfica autor de las bandas sonoras de Los diez mandamientos, Matar a un ruiseñor, Los siete magníficos y La gran evasión, entre otras muchas que ayer participó en una mesa redonda sobre Música en el cine, junto a Antón García Abril y Joan Padrol.
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