Nuevos descubrimientos sobre la influencia de los virus en el cáncer humano
La teoría según la cual el cáncer en el hombre podría tener origen viral cobra cada vez mayor fuerza en círculos médicos, especialmente tras los recientes descubrimientos de varios grupos de investigadores del Instituto Nacional de la Salud, de Washington (NIH), que acaban de ser publicados por la revista especializada Science. Uno de estos grupos, dirigido por el doctor Malcolm Martin, comunicaba hace exactamente una semana que había conseguido determinar la estructura exacta, molécula a molécula, de un virus de cáncer, el virus del sarcoma, aislado en los genes de ratones de laboratorio.Al mismo tiempo, otros científicos del NIH han encontrado secuencias de la misma familia de genes virales, en este caso virus que ocasionan leucemia, en material genético de procedencia humana.
Estos dos descubrimientos, junto con otros realizados por diversos centros de investigación norteamericanos y japoneses, suponen para muchos científicos la más clara evidencia de que los virus pueden causar el cáncer en el hombre. Actualmente, todavía son muchos los investigadores de todo el mundo que se resisten a aceptar la teoría que relaciona a los virus con el cáncer en el hombre, a pesar de la evidencia existente acerca de la influencia de los virus en ciertos tipos de cáncer de animales (monos, vacas, ratones y gallinas).
Hace un mes, el doctor Robert Gallo había comunicado que él y sus colaboradores del NIH habían aislado lo que para ellos era un virus de leucemia en humanos, Pocos días después, diversos centros de investigación japoneses comunicaban, a su vez, que habían descubierto el mismo tipo de virus en algunos de sus pacientes. Paralelamente, tres centros especializados en cáncer, los tres norteamericanos (Cold Spring Harbor Laboratory, de Long Istand; Massachusetts Institute of Technology, y el Sydney Farber Cancer Institute, de Boston) comunicaron haber encontrado varios «genes transformantes» en pacientes aquejados de leucemia y en otros enfermos de diversos tipos de cáncer, especialmente de colon y de mama.
Los virus son simples cadenas de material genético, como los genes. Son, en cierto modo, genes que causan, o ayudan a causar, enfermedades. Pero el concepto que empieza a apuntarse acerca del papel que pueden jugar los virus en el cáncer humano difiere enormemente del papel que desempeñan los virus más simples que nos hacen enfermar de forma habitual, como, por ejemplo, el virus de la polio.
En cáncer, lo que los científicos denominan genoma viral, es decir, el material genético de los virus, podría ser sólo una parte de un complejo proceso celular todavía poco conocido, que conduce al cáncer. Estos virus, o genes virales, podrían encadenarse a otros genes, bajo circunstancias todavía desconocidas, iniciando así un proceso de cancerización de la célula afectada, que crece y se desarrolla de forma salvaje e incontrolada.
Ingeniería genética
Aunque todo el proceso sigue sin ser conocido con exactitud, nuevos hechos están saliendo a la luz gracias, fundamentalmente, a las más novedosas técnicas de ingeniería genética (la tecnología del ADN recombinante). «Por primera vez», declaró al diario International Herald Tribune el doctor Premkumar Reddy, del NIH, «tenemos las herramientas que nos permitirán manipular genes, descifrar con detalle su estructura, conocer su organización molecular y utilizarlos para transformar células y observar lo que ocurre».Los doctores Prenikurnar Reddy, Mary Jane Smith y Stuart Aaronsen han descifrado el genoma (estructura genética) del virus del sarcoma del ratón, un virus que es ya un viejo conocido de los investigadores del cáncer. Este virus, denominado Retrovirus ARN tipo C, y otros muy similares pueden originar numerosos tumores en animales y son transmitidos por vía genética a la descendencia.
Un virus de la leucemia del tipo C es el que ha sido encontrado por el grupo dirigido por el doctor Malcolm Martin en material genético humano. Por su parte, el virus del sarcoma de ratones es una cadena de 5.828 pares básicos de moléculas, cuyo orden exacto es ahora conocido. La cadena parece tener ciertos puntos calientes en los que puede engancharse a los genes de las células para desviarlos de su habitual función y transformarlos en genes inductores de un comportamiento canceroso de la célula.
Los distintos grupos investigadores del NIH han declarado que «estamos ante una nueva era».
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