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Continúa la venta ilegal de objetos sobre el 23-F en el centro de Madrid

La venta de objetos propagandísticos cuyo objetivo es hacer apología del golpismo, y concretamente de los protagonistas del asalto al Congreso de los Diputados, se continúa realizando de forma ostentosa en las principales zonas destinadas a venta ambulante de Madrid, sin que la policía semuestre capaz de erradicar totalmente esta actividad delictiva, pese al evidente carácter anticonstitucional de esta mercancía.Estos tenderetes ambulantes pueden ser localizados casi a cualquier hora del día en las proximidades de los grandes almacenes y en general, en todas las zonas comerciales de la ciudad: Preciados, Serrano, Goya, paseo de la Castellana o la misma Puerta del Sol. La mercancía es siempre la misma, aunque admite variantes artesanales: Objetos tejeristas en sus más variadas formas (llaveros, carnés de patriotas, retratos, muñecos de goma o plástico), los auténticos documentos "que obligaron a dimiti al ex presidente Suárez", y todo ello siempre colocado junto a objetos dedicados al general Franco y a Blas Piñar.

Mejores ventas por las tardes

En un simple recorrido por la ruta de la mercancía ultra, puede apreciarse que la zona más castigada por la presencia de estos vendedores está formada por determinadas calles del barrio de Salamanca, y en concreto la zona delimitada por las calles de Núñez d Balboa, Goya y Serrano. Aquí los vendedores son muchachos que no sobrepasan los dieciocho años, con chaquetas vistosamente decoradas por insignias de la bandera española y de Fuerza Nueva y el pelo relamido a punta de brillantina y fijador, quienes a voz en grito y con el pretexto de reclamar dinero "para los camaradas detenidos", ofrecen insignias (250 pesetas), pasadores de corbata (ocho cientas) o carnés con la fotografía de Tejero. Actúan de manera apresurada, con un evidente nerviosismo, aunque, pese a la pre sencia constante de la Policía Nacional en la zona, encuentran la forma de salir todos los días (generalmente a última hora de la tarde) para realizar su peculiar negocio.

A lo largo de Serrano (una de las calles donde se concentran las firmas comerciales más conocidas en Europa), delante de Celso García y junto a las terrazas situadas en esta zona, la oferta de ventas es casi monotemática: los más diversos objetos dedicados al golpista Tejero. El vendedor es un hombre de unos cincuenta años, vestido con un mono azul que con manos perfectamente cuidadas despliega su mercancía en el suelo y comienza a colocar pequeñas pegatinas reproductoras de la bandera española a todos los transeúntes. En el suelo, llaveros cuyo soporte de agarre reproducen la cabeza de Tejero pintada a todo color sobre láminas de madera son vendidas por doscientas pesetas. Tiene incluso portarretratos de madera cuyas cuatro esquinas cuentan con una reproducción de la cara del teniente coronel golpista.

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"No hay tolerancia", según la Policía Municipal

En otras zonas de la ciudad estos propagandistas se camuflan entre los yendedores ambulantes, de forma que entre puestecillos de pañuelos indios, bolsos de cuero, bisutería o frutos secos, aparece un pequeño tenderete en el que el consumo golpista hace acto de presencia. El mismo tipo de objetos anteriormente enumerados pueden verse en la calle de Preciados, ante unos grandes almacenes de la Castellana, en la Puerta del Sol o en el propio Rastro. Frente a la impresión de tolerancia por parte de la policía respecto a estos vendedores (la exposición al público de objetos que hagan referencia al golpe de Estado del 23-F está expresamente prohibida por su carácter anticonstitucional y se trata de un delito perseguible por la Policía Nacional y la Municipal), Rafael Vera, delegado de Seguridad y Policía Municipal, mantiene que la persecución de esta clase de negocio es implacable, pero que junto a los vendedores solitarios hay siempre otra persona cuya única misión es avisar a su compinche de la presencia de la Policía Municipal.

"En cuanto ven a un agente recogen la cartera a toda velocidad, de forma que es muy difícil evitar esa actividad. Hemos montado un contraservicio con agentes de paisano, con el que esperamos cortar estas situaciones". Respecto al Gobierno Civil, la respuesta es semejante. Un portavoz de este organismo asegura que prácticamente todos los días llega algún parte relativo a esta clase de delito, pero que su control y erradicación sigue siendo difícil por la velocidad con que actúan.

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