No hay productos tóxicos españoles en el Mercado Común

Estrasburgo - 16 oct 1981 - 00:00CET

El Parlamento Europeo aprobó ayer, a las 23.30 horas, una resolución de la diputada francesa Christiane Scrivener (liberal) en la que, a la vista de los accidentes mortales producidos en España por el consumo de aceite venenoso y «considerando que es de temer que ciertos productos importados en países de la CEE hayan podido ser elaborados con este aceite peligroso», se pide a la Comisión Europea que ponga a punto en el futuro un sistema que permita retirar en un plazo rápido del mercado comunitario cualquier producto o servicio considerado como peligroso para la salud de los consumidores. Sin embargo, los informes de que dispone el Parlamento Europeo indican que los productos tóxicos españoles no han entrado en el Mercado Común.

El comisario británico Ivor Richards, que contestó a Christiane Serivener en lugar de su compañero Heinz Narjes, encargado de los temas relacionados con el consumo, que no se encontraba en la sala, insistió en que la Comisión ha realizado encuestas muy rigurosos en los Estados miembros de la CEE y que no se ha detectado en ningún momento la presencia de productos tóxicos españoles en el mercado de los diez. Richards agradeció al Gobierno español la cooperación que ha prestado en todo momento a las autoridades comunitarias, y señaló que la información proporcionada por el Gobierno de Madrid en el sentido de que no se había exportado ningún producto tóxico era cierta.Christiane Scrivener afirmó que el Parlamento Europeo compartía «la emoción de nuestros amigos españoles, que serán pronto nuestros socios, por los accidentes que se han producido», y aseguró que ningún Estado puede creerse al abrigo de un fraude semejante. La ex secretaria de Estado para el Consumo en el Gobierno de Giscard d'Estaing dijo que el aceite tóxico era aceite de colza desnaturalizado y no de oliva, como se había publicado.

Christiane Scrivener pretendía con esta resolución no prevenir a los Estados miembros contra los productos españoles, según dijo, sino dotar a la Comunidad, para ahora y para el futuro, de un medio para retirar del mercado, en un momento dado y a veces por un período de tiempo limitado, cualquier servicio o producto que pueda ser considerado como peligroso para la salud.

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Las autoridades de la CEE no han detectado aceite tóxico fuera de España

Viene de primera página

En su respuesta, el comisario Richards hizo una breve historia del desarrollo del síndrome tóxico en España, y afirmó que la Comisión Europea ha estado en contacto con las autoridades de Madrid, que le aseguraron que no había sido exportado ningún producto elaborado con ese aceite de colza desnaturalizado, mezclado con aceite de oliva. Según Madrid, este aceite venenoso había sido consumido íntegra mente en el mercado local.

El comisario británico aseguró que todas las encuestas realizadas hasta el momento confirman la información proporcionada por el Gobierno español. Francia, Dinamarca y la República Federal de Alemania han realizado recientemente investigaciones muy estrictas sin detectar la presencia de ningún producto tóxico procedente de España.

En cuanto a las informaciones aparecidas en la Prensa francesa y belga, según las cuales la Organización Mundial de la Salud (OMS) habría enviado un comunicado de alarma a la CEE, Ivo Richards afirmó que se había puesto en contacto con esta organización y que ellos tampoco habían descubierto aceite tóxico español fuera de las fronteras hispanas.

Sometida a votación la propuesta, fue aprobada por una amplia mayoría de los algo más de cuarenta diputados europeos que permanecían en la sala, pese a lo avanzado de la hora. En medios próximos a la Comisión se estimaba anoche que la propuesta aprobada no debía afectar en nada a las exportaciones españolas de conservas o de aceite, desde el mismo momento en que había quedado establecido que no hay aceite tóxico español fuera de nuestras fronteras, y que han funcionado eficazmente todos los controles a la exportación. «Esta ha sido una buena ocasión, sin embargo, para que los europeos nos demos cuenta del peligro que existe de fraude alimenticio en todos nuestros países y de la necesidad de estudiar las mejores medidas para evitarlo y proteger a los consumidores».

Previamente al debate en el Parlamento Europeo, la ministra francesa para el Consumo, Catherine Lalumière, había dicho ayer, también en Luxemburgo, que su Gobierno se estaba planteando la posibilidad de suspender temporalmente las importaciones de productos españoles elaborados con aceite, ante la dificultad de detectar, por el momento, la sustancia exacta que produce el síndrome tóxico.

La ministra francesa explicó que los exportadores de aceite de oliva no debían preocuparse, porque los análisis para establecer si son puros o no se realizan muy rápidamente.

En tanto, el pasado día 2 de octubre, el Ministerio de Salud Pública italiano decidió bloquear todas las importaciones de aceite español, así como toda clase de conservas que contuvieran aceite. El argumento esgrimido en aquella ocasión por el ministro Altisimo fue que la medida tenía carácter cautelar, en tanto los investigadores y el Gobierno español no obtengan respuesta al agente que causa una situación sanitaria sumamente anómala.

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