Francia insiste en que agricultura y fisco son los problemas para el ingreso de España en la CEE
No existen preámbulos a la entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE), "sino que hay dos problemas que es necesario resolver de antemano", afirmó ayer el ministro francés de Relaciones con las Comunidades, André Chandernagor. El ministro abordó la cuestión España-CEE en el curso de una rueda de Prensa en la que presentó un plan francés de relanzamiento de la CEE. De un conjunto de medidas, no espectaculares, destaca el "plan social europeo".Chandernagor precisó escuetamente los dos problemas que obstaculizan esa adhesión. En primer lugar, el acquit (logro) comunitario, es decir, el IVA o sistema fiscal de la CEE, que España "debe adoptar mientras se desarrollan las negociaciones".
En segundo lugar, la cuestión agrícola. La Comunidad no sabe lo que será su política agrícola- común y, consecuentemente, "mal puede negociar con un tercero sobre ese tema", dijo el ministro galo. Reafirmó una vez más que la ampliación de la Comunidad es un hecho irreversible y que las negociaciones con España "cabe esperar, a mi entender, que empezarán a partir de finales de este mes, cuando se haya pronunciado sobre la cuestión la Comisión de Bruselas". Esas negociaciones incluirán los problemas aduaneros y "los agrícolas que no incidan en las reformas de la política agrícola común, tema específicamente comunitario". La entrada de España y Portugal, añadió, plantearán con toda su crudeza el problema de los productos mediterráneos.
Chandernagor presentó ayer lo que el Gobierno francés denomina un "memorándum de relanzamiento de la CEE".
La filosofía del plan, que parte de la idea de que la Comunidad está bloqueada y que debe desarrollarse para superar la crisis que azota al mundo, industrializado, tiende a la realización de reformas diversas en el sentido comunitario, es decir, que superen el "cada uno para sí" que, hasta la fecha, caracteriza la vida de la CEE. EL "plan social europeo" es, quizá, la iniciativa más específicamente mitterrandista. Se trataría, en términos simples, de transplantar al plano europeo la política francesa, que coloca al empleo como objetivo primario de la política gubernamental.
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