"La forza del destino", de Verdi, une a López Cobos y a Francisco Nieva en la Opera de Berlín

Jesús López Cohos ensayaba ayer algunas notas finales de la ópera La forza del destino, de Verdi, en el piano que Francisco Nieva tiene en una de las innumerables habitaciones de su casa galdosiana del centro de Madrid. El director de orquesta y el autor y director de escena celebraban la primera sesión de una colaboración, de cuyos frutos se van a beneficiar el 1 de octubre de 1982 los espectadores de la Opera de Berlín (República Federal de Alemania). Los dos trabajan desde ayer en el montaje de aquella obra, que López Cobos, titular de la Orquesta de la Opera de Berlín, dirigirá, y cuya dirección escénica asumirá el polífacético autor de La carroza de plomo candente.

A los dos artistas españoles los ha unido, en cierta manera, la fuerza del destino. «Yo conocía a Francisco Nieva de referencias», comeptaba ayer López Cobos, mientras acariciaba los lomos de la última versión de la ópera de Verdi. « Hace dos años, con motivo de mi primera temporada en la Opera de Berlín, se me sugirió la posibiIidad de montar La vida es sueño, de Manuel de Falla, pero cancelé aquella temporada Cuando diseñábamos la temporada 1982-1983, el intendente general de la Opera de Berlín, Gotz Friedrich, y yo decidimos incorporar al repertorio La forza del destino, y por una asociación de ideas me vino a la cabeza la convicción de que debía ser otro es pañol el que acometiera la puesta en escena de esta obra de raíces temáticas tan españolas».A la proposición no respondió Francisco Nieva con el temor que, según López Cobos, suele asaltar a los directores de escena cliando se les ofrece la posibilidad de montar La forza del destino. «Yo había trabajado en el Don Alvaro o la fuerza del sino, del duque de Rivas, por encargo de José Luis Gómez, para el Centro Dramático Nacional», recuerda Nieva. «Mi investigación sobre el tema no había servido de nada, porque todo el mundo sabe qué ha pasado, con el Centro Dramático. O sea, que cuando Jesús, con quien me encanta poder trabajar, me habló de poner en escena en Berlín la ópera de Verdi acepté sin dudas».

Nieva, que ya puso en escena en la pasada temporada de ópera de Madrid la Tosca, de Puecini, y sorprendió a propios y extraños con sus ideas sobre el escenario, ha vivido siempre con sus ojos renacentistas puestos en la necesidad de cambiar el concepto de la ópera en España. «Yo quise hacer en ópera Los baños de Argel, de Miguel de Cervantes, con música de Tomás Marco, pero no pudo ser».

Aún habrá otro nombre español en la cartelera de La forza del destino de la Opera de Berlín. Pilar Lorengar, soprano, será la protagonista principal de la obra, que se estrenará el 1 de octubre de 1982, y cuyas maquetas y figurines Nieva tendrá que entregar en febrero del año inmediato. «Luego me dan seis semanas para ensayar. Es un chollo, algo que jamás me había ocurrido en mi vida: figúrate seis semanas para ensayar».

Para Jesús López Cobos, haber hallado a Francisco Nieva, «que ya tenía la ópera pensada», es una gran suerte. No teme el choque de caracteres -él, de espíritu anglosajón y preciso, Nieva, barroco castellano-, porque estima que «a los músicos les corresponde hacer uso de la imaginación recreadora, mientras que el director de escena ha de desarrollar su imaginación creadora en beneficio de la idea total de la obra».

La puesta en escena de La forza del destino va a tener un carácter sorprendente: el tándem López Cobos-Francisco Nieva prepara las dos versiones que hizo Verdi y estrenará ambas, en premieres distintas. Como se sabe, en la primera versión, Verdi mata a Don Alvaro. En la versión conocida, le permite vivir.