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Sábato, Uslar Pietri y Luis Rosales presentan un proyecto de cooperación iberoamericana

Anuncian la creación de la Escuela de Altos Estudios Hispánicos

El escritor argentino Ernesto Sábato y el venezolano Arturo Uslar Pietri, junto al poeta español Luis Rosales y el escritor y antropólogo brasileño Gilberto Freyre, representaron ayer en una conferencia de Prensa al Consejo Superior del Instituto de Cooperación Iberoamericana, cuya reciente constitución responde a dos objetivos fundamentales: la programación de la Escuela de Altos Estudios Hispánicos, de próxima creación, y de las celebraciones conmemorativas del quinto centenario del descubrimiento de América, que se cumple dentro de once años, en 1992.

Un total de 51 miembros, de los que han sido ya designados 46, forman este Consejo, creado por un real decreto de 1980, que se reunirá por primera vez el lunes 12 de octubre, en La Rábida (Huelva).Recién llegado de Roma y tras entonarse con un vvhisky -«Io tomo como desafío a la gota», aseguró-, Ernesto Sábato centró la atención del encuentro que se celebraba bajo la emplomada cúpula del hotel Palace. Habló de su obsesión irracional por el mundo de los ciegos, de su «desesperada dedicación a la pintura», de la situación política de Argentina y sobre el Premio Nobel, «un riesgo que corre casi todo escritor viviente, pero no es condición necesaria ni suficiente para dar patente de buen escritor».

En cuanto a la creación del nuevo Consejo, opinó que se trata de «una idea de gran transcendencia que continúa y ahonda en el cambio de nombre del Instituto que tenía antes una connotación imperial». «Desde que el Rey Juan Carlos asumió lajefatura del Estado, la transformación del Instituto que se plasmó en el cambio de denominación comprende también un cambio de espíritu, en el sentido de admitir la existencia de una mancomunidad iberoamericana en condiciones fraternales».

Anarquismo constructivo

Entre los diversos proyectos que el Consejo estudiará en el futuro con vistas a la celebración del quinto centenario del descubrímiento de América, Luis Rosales se refirió a las iniciativas editoriales que se han empezado ya ha desarrollar por parte del Instituto de Cooperación Iberoamericana.«Se ha creado la colección Hace 500 años, en la que se piensa publicar las diferentes gramáticas aborígenes, las obras de los cronistas de Indias y algunas coediciones de códices como la que se ha realizado del Códice Tudela, o de expediciones botánicas, como la de Mutis», señaló.

Por su parte, Arturo Uslar Pietri sugirió que una de las funciones del Consejo debería ser la promoción de una serie de centros de investic,ación que cubriera todos los ámbitos de la ciencia. «En el mundo actual lo que cuenta son las grandes concentraciones de saber a las que, cada vez más, corresponde las decisiones de poder», dijo. «Por eso pienso que sería interesante crear varias instituciones que reunieran a la flor del mundo ibérico, a los especialistas e investigadores de más alto nivel en todas las ramas de la ciencia».

La perpetuación del anarquismo constructivo, rasgo esencial del carácter iberoamericano, es, en opinión del brasileño Freyre, uno de los principios que debe regir la orientación del Consejo.

«Lo único sólido que nos une es precisamente lo más imponderable, la lengua, sangre del espíritu, como dijo Unamuno», comentó Sábato. «Nuestra lengua castellana es la mejor demostración a posteriori de que la conquista española fue algo más profundo que lo que cuenta la famosa leyenda negra. Si la leyenda fuera cierta deberíamos esperar sólo el resentimiento de los pueblos de Iberoamérica hacia España y, sin embargo, encontramos a grandes poetas como Rubén Dario o César Vallejo, ambos descendientes de indios, que escribieron en castellano y cantaron a España en poemas memorables».

Genocidio cultural

A las inevitables cuestiones sobre la situación política en su país y las recientes declaraciones de Julio Cortázar al respecto, Ernesto Sábato repuso: «Si por genocidio cultural se entiende la muerte física y espiritual de los creadores, debo decir que en Argentina no se da este fenómeno. Lamento que un magnífico escritor como Cortázar califique con tanta ligereza a los escritores que vivimos y sufrimos allí y que además, como en mi caso, hemos luchado públicamente durante estos cinco años tenebrosos contra la dictadura militar con riesgo de perder la vida. Lo lamento doblemente porque Cortázar no es un emigrado político. Hace treinta años reside en París, donde fue por motivos ajenos a cualquier sistema político».El poeta Luis Rosales intervino entonces para señalar que «sin duda alguna, Ernesto Sábato es la figura más indiscutible y venerada por los argentinos, tanto por los que están dentro como los que viven fuera de su país».

El autor de El túnel y Sobre héroes y tumbas, se mostró también partidario ferviente de la candidatura del Rey Juan Carlos al Premio Nobel de la Paz, «una gran oportunidad para ilustrarse que tiene el comité de Oslo», afirmó. «Don Juan Carlos ha realizado el milagro de pasar en paz del régimen que lo precedió a esta ejemplar democracia española que combate el terrorismo con los tribunales que caracterizan un sistema de derecho, lo que lamentablemente no ocurre en mi país».

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