El equilibrio entre las ciencias humanas y la tecnología, principal objetivo del Gobierno vasco

Más de medio millón de alumnos de la comunidad autónoma vasca comienza este nuevo curso tras un período estival, que, al menos en Euskadi, ha sido utilizado por las instituciones autónomas para acondicionar las instalaciones de los centros. El Gobierno vasco, con menos de un año de experiencia en la gestión autonómica de la enseñanza, se muestra optimista ante la escolarización total de la población juvenil, señala que este curso ha empezado «sin problemas» y se plantea como principal objetivo la consecución del equilibrio en la orientación pedagógica entre las ciencias humanas y la formación profesional.

De los 540.000 alumnos que comienzan este curso los estudios de preescolar, EGB, BUP-COU y formación profesional en las tres provincias vascas, más de la mitad están encuadrados en la enseñanza pública; unos 200.000, en la privada, y casi 60.000, en ikastolas. Aunque Vizcaya tiene 100.000 alumnos más que Guipúzcoa, es esta última la provincia que cuenta con mayor número de escolares en la enseñanza de las ikastolas. Mientras en Vizcaya hay 17.000 matriculados, en Guipúzcoa la cifra asciende a 36.000. No sólo los 60.000 niños que realizan sus estudios en ¡kastolas tienen acceso al conocimiento del eusquera, ya que «se trata de promover todo lo posible, el acercamiento de todos los jóvenes en edad escolar a la lengua de este país», según el viceconsejero de Educación del Gobierno vasco, Xabier Retegi. Pese a las grandes dificultades que supone el contár con plantillas nutridas de profesorado que dominen la lengua vasca, este idíoma se ha introducido en los centros públicos y privados, a diferente niveles. De hecho, el nivel -que supone el estudio de vascuence como una asignatura más dentro del programa del curso- ha alcanzado el 50% del total de la población estudiantil nó universitaria. No obstante, sólo el 8% del alumnado recibe. la impartición de todas las materias en esta lengua y estudia el castellano como una asignatura obligatoria más.

La búsqueda del equilibrio en laorientación pedagógica entre las ciencias humanas y la formación profesional, es una de las preocupaciones esenciales del Gobierno vasco. Durante esta última década, las posibilidades de cursar estudios de ciencias humanas en Euskadi eran prácticamente nulas. Sólo con el inicio de la democracia y la crea ción de la Universidad del País Vasco ha sido posible la implantación de centros dedicados a carreras de letras. Tal innovación ha su puesto una afluericia masiva del estudiantado hacia estas especiali dades, en detrimento del estudio de formación profesional y, en consecuencia, de las especialidades técnicas. De hecho, son casi 80.000 alumnos que estudian BUP-COU (que irán a los estudios universita rios) frente a los 47.000 que cursan formación profesional en toda la comunidad autónoma. No obstante, es Guipúzcoa la provincia que cuenta con el mayor número rela tivo de demanda de estudios pro fesionales, sobre todo en Eibar y Mondragón, localidades indus triales por excelencia.

El empeño en igualar la calidad de la enseñanza de los estudios técnicos y de bachillerato obedece, según Xabier Retegi, a las necesidades sociales propias de un país como éste, con un notable desarrollo industrial.

Aumento de las interinidades

El éxodo del profesorado numerario y del funcionariado, en general hacia otras zonas de España y del extranjero ha provocado unas considerables deficiencias en las plantillas, que han tenido que ser cubiertas con personal interino y contratado. «La proporción de contratados e interinos es explosiva respecto al resto del Estado, teniendo en cuenta que muchos funcionarios se van del País Vasco y nadie quiere venir aquí», recalcaba el viceconsejero del Departamento de Educación, mientras señalaba que de los 12.460 profesores que existen en la comunidad autónoma, un tercio (4.000) son no numerarios. «La demanda social de-la impartición de la enseñanza en eusquera está muy por encima de lo que puede ofrecer actualmente el sistema educativo. El Gobierno vasco no trata de imponerla. Pese a la existencia de cursillos de reciclaje para el profesorado euskaldun, resulta todavía imposible atender las necesidades lingüísticas de este país», señaló Xábier Retegi, que hizo especial hincapié en que la introducción de esta lengua en el sistema educativo «ha de ser progresiva, por razones pedagógicas; es decir, desde los primeros años de escolarización».

Nueve meses de gestión autonómica

Si este año el Gobierno vasco ya cuenta con plenos poderes de gestión en lo que a materia educativa se refiere, el início del pasado curso escolar supuso, en su primera etapa, un proceso de constante negociación con el Ministerio de Educación, a fin de lograr el desenganche de Madrid de todas aquéllas que debían ser traspasadas al País Vasco. El pasado 29 de diciembre se culminaba la negociación de las transferencias con la firma de un acuerdo. Tres días más tarde, el 1 de enero, la comunidad autónoma contaba de hecho con todas las competencias en materia de educación. Paralelamente a esa fecha, el Gobierno vasco asumía la titularidad académica de las ikastolas.

La asunción de competencias fue un trabajo lento y laborioso. «Las firmas de los traspasos supusieron una labor brillante, sin embargo, la puesta en marcha de un nuevo aparato administrativo -autónomo- ha significado un trabajo gris y anónimo. A pesar de las dií-icultades burocráticas, las relaciones, a nivel técnico con el Ministerio de Educación, han sido muy buenas durante este período», subraya el viceconsejero de Educación.

Tras nueve meses de gestión autonómica, la renovación pedagógica, la reestructuración y tecnificación de los servicios administrativos son los proyectos más inmediatos del Departamento de Educación. «Es necesaria», señala Retegi, «la mecanización de la Administración, ya que el antiguo sistema de funcionamiento resultaba poco eficaz. Así, becas, títulos, gestión de personal, contratos y planificación en general quedarán registrados mediante ordenadores».

A pesar de los avances educativos de la normalización del curso académico, de la total escolarización de la población juvenil y de la plena asunción de competencias, el Departamento de Educación del Gobierno vasco no oculta su «grave preocupación» ante lo que podría suponer la apbcación de la ley orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA) en el País Vasco, ya que, en opinión del viceconsejero, «sufriríamos una considerable restricción en el funcionariado, veríamos mermada nuestra autonomía de inversiones y supondría, en definitiva, un corte de una gestión autonómica que ahora ya está puesta en marcha».