Los estudios prusianos renacen en las dos Alemanias
En Alemania Occidental, docenas de libros y estudios sobre la historia germana han aparecido en las últimas semanas adelantándose a la amplia exposición sobre Prusia, que se ha inaugurado en Berlín Occidental. La exposición busca representar el desarrollo de Prusia desde sus principios insignificantes como oscuro ducado feudal, hasta su ascendencia a la posición dominante en Alemania durante los siglos XVIII y XIX y su final destrucción bajo Hitler. El lugar de la exposición se encuentra en un edificio destruido por la guerra junto al muro de Berlín, para recordarle al público la devastación del pasado reciente.En todas partes de Alemania una creciente búsqueda de identidad se hace patente y se percibe una necesidad creciente de raíces históricas. Dietrich Stobbe, antiguo alcalde de Berlín Occidental, tuvo va en 1977 la idea de organizar esta exposición mostrando estas motivaciones anteriormente citadas. El actual alcalde, Richard Weizsacker. dijo en la ceremonia de apertura que los temores de un resurgir de Prusia estaban carentes de fundamento. Prusia como fuerza política está ya lo suficientemente lejos como para tomar Firmeza y buscar su equilibrio. Para la Unión Soviética aparece todavía como amedrantador. El diario soviético Pravda ataca a la exposición de Berlín Occidental
Militarismo e ilustración
Con los 2.500 objetos expuestos traídos de toda Alemania y Europa del Este, la exposición intenta mostrar las controversias y complejidades del Estado prusiano: el más militarizado de los Estados europeos, pero que a su vez era también en algunos aspectos el centro de la ilustración. La obediencia ciega al Estado necesita ser contrastada con la tolerancia religiosa, con la acogida de refugiados de otros sitios de Europa y el estímulo de ideas liberales y socialistas.
El horror y la derrota
En el período de la posguerra, la vergüenza y el horror del pasado, así como la derrota y división del país, llevó a los alemanes a borrar su propia historia. En el Este las autoridades comunistas bloquearon todo lo que no se relacionaba con la revolución marxista de la historia de Alemania, manifestando que ellos no tenían nada que ver con Prusia y el Reich. En Alemania Occidental el deseo de empezar una nueva vida y sociedad les lleva a concentrarse para alcanzar el éxito y la seguridad. En Alemania Occidental la tendencia de ampliar la perspectiva histórica expuesta en la reciente biografía de Federico el Grande, último gobernante de la Prusia del siglo XVIII, aparece como correspondiendo a la necesidad de una mayor identificación nacional en un país considerado artificial y no estable.
La exposición de Berlín Occidental está abierta hasta el 15 de noviembre en el Museo de Artes y Oficios y docenas de actividades están incluidas en esta exposición tales como conferencias, lecturas, películas y una pequeña exposición bibliográfica sobre los iudíos en Prusia. Todo esto es un intento de respuesta a esta búsqueda del origen.
El doctor Gottfried Korff, organizador principal de esta exposición, dijo que era demasiado simple igualar el militarismo prusiano con el nazismo hitIeriano. No existe ninguna correlación entre Prusia y las SS.
Peter Brand, hijo de Willy Brandt. de treinta años de edad, dirigente del Partido Socialdemócrata alemán, afirmó que el militarismo tan excerbado de la sociedad germano-prusiana era un camino especial hacia el capitalismo y la creación de un Estado nacional en el que surgieron las condiciones históricas favorables para que los alemanes resucitasen el fascismo en tiempos de una crisis del capitalismo de 1929, más que para otros países de una tradición más firmemente liberal y democrática.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.