Las bacterias pueden aprovecharse para uso clínico e industrial

«Las bacterias suponen una riqueza. potencial extraordinaria para la producción de proteínas de interés farmacéutico, son capaces de disolver y transformar en sales los minerales de hierro o de níquel y pueden producir ácido acrílico para conseguir plásticos sin necesidad de recurrir al petróleo», según expuso el doctor Antonio Jiménez del Centro de Biología Nuclear (CSIC) y de la Universidad Autónoma de Madrid, en La Granda (Avilés), dentro del curso dedicado por la Escuela Asturiana de Estudios Hispánicos a la Biología Molecular.En su ponencia, titulada Producción de proteínas de interés farmacéutico en «Saccharomyces cerevisiae», el doctor Jiménez manifestó que actualmente se investiga para producir ciertas proteínas de interés clínico o veterinario. Se intenta el desarrollo de vehículos para el clonado de genes de interés (hormonas de crecimiento, interferones, insulina, etcétera) en la levadura. El ponente citó un ejemplo ilustrativo: para aislar un miligramo de la hormona del crecimiento, antes era preciso utilizar el cerebro de mil personas muertas.

Usar la ingeniería genética

Sin embargo, mediante la ingeniería genética se consigue la misma cantidad con un determinado cultivo. El interferon, cuya eficacia en algunos tipos de cáncer no está aún demostrada, pero es seguro que combate los virus con resultados positivos y puede ser utilizado contra la viruela, la poliomielitis, la gripe, etcétera, y la insulina, también se pueden producir con la ayuda, de bacterias, lo que abarataría su coste y las dificultades técnicas que actualmente plantea su obtención por los métodos tradicionales.Antonio Jiménez destacó también las posibilidades de utilización de las bacterias en usos industriales. Existen ya laboratorios de ingeniería genética dedicados a conseguir las bacterias capaces de disolver y transformar en sales los minerales de hierro o de níquel o para producir el ácido acrílico.