Veinte años de vergüenza
( ... ) Han pasado veinte años y el muro de la vergüenza sigue ahí. En estos veinte años se ha hablado mucho de la amistad de los pueblos soviéticos, se han difundido millones de palomas de la paz, se ha pregonado una nueva forma de comunismo supuestamente humanista. Pero el muro está ahí. No ha bajado ni un centímetro. Desde él se sigue disparando a quienes cometen el delito de creer en esa amistad, en esa paz y en ese humanismo y huyen precisamente porque no los encuentran al otro lado.Ni el capitalismo más exacerbado habría podido construir un argumento tan terrible contra el comunismo como esta muralla vergonzosa, capaz de anular todas las propagandas. El hombre de hoy es demasiado adulto para tragarse las hermosas palabras cuando son servidas junto a tangibles realidades.(...)
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