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Abolhassan Banisadr defiende su alianza con los "muyaidin" como alternativa para la oposición

Ángeles Espinosa

El depuesto presidente de Irán Abolhassan Banisadr, de 48 años de edad, no es uno más entre los líderes políticos iraníes exilidos en Francia. Protegido por un impresionante cordón policial en su nueva residencia de Auviers, a 55 kilómetros al Oeste de la capital francesa, se encuentra a salvo de posibles represalias de las autoridades islámicas de Teherán y del acoso de los 20.000 monárquicos iraníes que residen actualmente en París. EL PAIS mantuvo con el ex presidente una conversación informal, ya que las restricciones impuestas por el Gobierno francés a sus contactos con la Prensa le impiden conceder entrevistas.

En el transcurso de un diálogo de más de dos horas de duración, se saca la impresión de que Banisadr habla por primera vez sin limitaciones gracias a su alianza con Massoud Radjavi, líder del partido de la oposición muyaidin, tras un largo período en el que se sometió, primero, al ayatollah Jomeini; más tarde se enfrentó con él y, finalmente, se pasó a la clandestinidad en Teherán, donde su vida corrió grave peligro. El propio Jomeini dio órdenes estrictas de captura, a pesar de los esfuerzos del ex presidente por encontrar una salida digna a la crisis.Banisadr admite su debilidad política de hace unos meses. Dejó pasar la oportunidad de crear su propio partido político, condición indispensable para hacer frente con apoyos suficientes y organización adecuada a los fundamentalistas, llevado por una especie de idealismo que le hizo creer que el desarrollo de la conciencia política nacional promovería por sí misma la creación de fuerzas de oposición sin necesidad de su intervención directa.

A pesar de reconocer este gravísimo error político, aduce en su descargo que mientras estuvo en el poder toda su atención estaba empeñada en tres temas fundamentales para la vida del país: la guerra con Irak, la reactivación de la economía y la defensa de los derechos políticos.

Banisadr se condenó a sí mismo días antes de su desaparición, cuando expresó su desacuerdo sin ambages con la línea seguida por Jomeini y su particular interpretación de la revolución islámica, que pretendía abolir a todos los partidos de la oposición. Ante la postura inflexible del ayatollah, Banisadr comprendió que el delicado equilibrio entre el clero fundamentalista y los intelectuales que había permitido su mantenimiento en el poder se había inclinado definitivamente del lado de los primeros.

La única salida como presidente legítimo de Irán y la única esperanza de eficacia política era, sin lugar a dudas, la alianza con el partido mayoritario de la oposición del país, que cuenta con medios, armas y apoyo popular: el muyaidin.

La huida

Fue Radjavi, líder e ideólogo de ese partido, quien preparó la operación de evasión con la ayuda del coronel Moezi, de las fuerzas aéreas -miembro secreto de los muyaidin-, que hasta el último instante no supo quiénes eran los pasajeros que debía transportar a Francia a bordo del avión nodriza del Ejército del Aire iraní.Pretextando un vuelo de prueba, pasaron sin dificultad los con troles de seguridad a plena luz del día, vistiendo uniformes militares, y no traje de mujer, como más tarde publicaría la Prensa de Irán. Cuando en la base militar de Teherán detectaron anormalidades en el vuelo, el coronel Moezi transmitió un mensaje confuso a la torre de control. En él se decía que el aparato había sido secuestrado y la tripulación se hallaba a merced de hombres armados. Inmediata mente despegaron tres cazas en su persecución, pero ya era demasiado tarde: el Boeing secuestrado les llevaba más de cien millas de ven taja.

Banisadr compartió los dos meses de clandestinidad con Radjvi. Durante ese período estudió en profundidad la ideología del partido muyaidin a través de sus manifiestos políticos. Asimismo sostuvo largas conversaciones con Radjavi sobre la estrategia a seguir en el futuro próximo. Finalmente llegaron a la conclusión de que no existían divergencias fundamentales entre ambos. La vía quedaba abierta para la formación del Consejo Nacional de Resistencia. El 18 de julio pasado, el ex presidente Banisadr expuso en una carta dirigida a Radjavi las líneas maestras de dicho consejo, cuyo fin inmediato es la toma del poder.

El documento está encabezado por una invocación a "Dios clemente y misericordioso". Le sigue un corto preámbulo explicando la razón fundamental que le obligó a abandonar el país: la organización desde el exilio de un frente de oposición a Jomeini y al clero fundamentalista que integrarían todos aquellos que refrenden los ideales de independencia, libertad e Islam y reconozcan la legitimidad de Banisadr como presidente elegido democráticamente.

El comunicado analiza la situación política de Irán en los últimos tres meses. Dedica párrafos de condena a Jomeini en términos, muy duros, calificándole de torturador, déspota y tirano.

Cuando Banisadr se refiere a Jomeini no utiliza los títulos de ayatollah o imán; simplemente le llama señor. Enfatizando, por tanto, que la actuación de éste le desacredita como líder religioso.

El documento concluye afirmando que la interpretación del Islam en vigor ha impedido la aplicación de la Constitución, desembocando en ejecuciones de niños, adolescentes y de, todos aquellos que de una manera u otra se oponen a Jomeini. Los fundamentalistas, en opinión de Banisadr, han suprimido totalmente la libertad, han destruido la independencia del poder judicial y han conducido al país a un estancamiento económico de difícil solución, a una guerra interna y externa y a una dictadura que obstruye cualquier creación cultural.

Dos objetivos

Por todo ello, "el presidente Banisadr, en uso legítimo de los derechos que la Constitución le confiere, y a fin de salvaguardar la revolución islámica y su orden legal", confía a Massoud Radjavi la consecución de los siguientes objetivos:1. En función de las necesidades actuales de la patria, la creación de un frente unido bajo los tres eslóganes: libertad, independencia e Islam. El partido muyaidin será el responsable de la organización política del pacto.

Después de la celebración de elecciones libres en Irán, en el verdadero sentido del término, el Consejo Nacional de Resistencia se transformará en Consejo Constitucional.

2. La formación de una comisión -con la aprobación de Banisadr- para salvar al país del abismo al borde del cual se encuentra. Ella se encargará de integrar un Gobierno de concentración nacional de todos aquellos que crean en una auténtica República islámica.

Así termina el documento.

Deliberadamente, Banisadr no menciona a lo largo del comunicado al Ejército. Ha preferido mantener a las fuerzas armadas al margen del conflicto para prevenir nuevas depuraciones por parte del clero. Sin embargo, añade que, si la situación de caos y violencia no cesa, el Ejército jugará su papel en su debido momento.

El ex presidente afirma que el 90%. de las fuerzas armadas está de su parte. El Ejército le debe a Banisadr su, reorganización después de la caída del sha. Descarta que el Ejército, sin su consentimiento, decida acabar de manera drástica con el despotismo islámico .Apunta que ese estado de cosas es el que desearían para Irán las superpotencias, especialmente Estados Unidos pero, afortunadamente, el Ejército le reconoce como legítimo presidente y le resulta impensable que se subleve cuando el régimen de terror en que está sumido el país remita y se den las condiciones para la formación de un Gobierno islámico elegido por el pueblo.

, Insiste en que uno de los motivos que le obligaron a abandonar el país fue su deseo de no provocar las iras de Jomeini en sus represalias contra el Ejército; pero, desgraciadamente, sus últimas noticias confirman que la represión se está incrementando. Desde su salida, más de sesenta oficiales de las fuerzas aéreas han sido arrestados por los comisarios religiosos bajo la acusación de traición.

Por el momento, Irán está en manos de Jomeini y los integristas islámicos. Ellos cuentan con el aparato político y con las armas, pero después del pacto entre Banisadr y Radjavi la oposición cuenta don una alternativa viable a la que podrán sumarse los iraníes que lo deseen.

Minorías nacionales

Una parte importante de las fuerzas potenciales de oposición en Irán está constituida por las minorías nacionales. Banisadr se refirió a ellas en tono conciliador. Las ha mencionado expresamente en varios de sus mensajes, animándolas a unirse al Consejo Nacional de Resistencia. Se pronuncia por la autonomía, en sentido amplio, de estos pueblos: kurdos, baluchis, turcomanos, árabes y tayiks.Durante toda la conversación, el depuesto presidente de Irán se mostró tranquilo, respondiendo a las preguntas con cierta monotonía; sin embargo, cuando el traductor le transmitió la última, referida a una posible puerta abierta entre el ayatollah Jomeini y él, su gesto inmutable se transformó definitivamente en una sonrisa franca. Con ironía, respondió que últimamente Jomeinoabría y cerraba las puertas con mucha rapidez, y en lo que a él concernía, su condena a muerte está vigente dentro y fuera de Irán.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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