Los militares rebeldes piden la dimisión de la Junta que gobierna Bolivia
La Junta de Comandantes que gobierna Bolivia tras la dimisión del general Luis García Meza está a punto de dimitir, según la emisora rebelde que emite desde Santa Cruz, foco del grupo castrense que inició la rebelión el pasado lunes. Cuatro organismos militares exigieron también ayer la dimisión de la Junta tras acusarla de "haberse hecho cargo del poder de forma unilateral, sin haber consultado a nadie, por lo que ha contribuido a desunir las Fuerzas Armadas". Mientras tanto, la esposa y los hijos de García Meza han abandonado el país con destino a Miami. Los dirigentes de la insurrección, generales Alberto Natusch y Lucio Añez, no parecen ponerse de acuerdo sobre una eventual participación de la izquierda en el nuevo Gobierno que pensarían formar.
García Meza, de cuya renuncia se dio cuenta en nuestra segunda edición de ayer, advirtió en su alocución de dimisión que se mantendría vigilante para que se cumplieran los objetivos que se propusieron la fuerzas armadas, y criticó con dureza a los militares rebeldes, a los que responsabilizó del desprestigio boliviano: "Ellos son los culpables de que Bolivia se desacredite en la actualidad".El ex presidente recalcó que los rebeldes están vinculados a consignas exteriores, al servicio de la izquierda nacional e internacional; pero, agregó, "aunque me vaya, habrá otros jefes que se enfrentarán al extremismo con coraje y decisión".
Al general García Meza le sucedió una Junta de Comandantes encabezada por el general Waldo Bernal. La primera actividad del nuevo régimen militar consistirá en tratar los cuatro puntos de discusión elaborados por los rebeldes para ser presentados al Gobierno.
En el primero solicitan el viaje inmediato de la Junta de Comandantes a la ciudad de Santa Cruz para reunirse con el comando rebelde y analizar conjuntamente la situación.
Amnistía sin restricciones
En el segundo solicitan la amnistía sin restricciones para todos los militares exiliados por el régimen de García Meza como consecuencia de su participación en actividades subversivas.Eximir de toda responsabilidad en cargos militares a García Meza es la tercera de las peticiones de los sublevados, que concluyen pidiendo la elección del próximo presidente de Bolivia en una reunión de comandantes de grandes y pequeñas unidades.
Fuentes allegadas al comando golpista resaltan que la amnistía sin restricciones para los militares exiliados por García Meza debe comprender la incorporación de los mismos a sus antiguos cargos. Esta situación puede suscitar un conflicto en la actual cúpula militar, ya que, de concederse esta amnistía, el general Humberto Cayoja podría incorporarse a su antiguo puesto en el Ejército y con ello provocar un cambio sustancial en la estructura de la Junta gobernante.
El comando golpista de los generales Alberto Natusch y Lucio Añez, mientras tanto, mantiene constantes consultas con los comandantes de las diversas unidades para conocer los criterios que deberá seguir el futuro Gobierno. Alguna de estas unidades, como la acantonada en Potosí, al sur del país, hizo conocer su deseo de que se reestructure totalmente el régimen castrense, Junta de Comandantes incluida, "para buscar la unidad de la familia boliviana".
Fuentes militares rebeldes aseguraron ayer que en su seno existe una predisposición para solucionar la crisis "una vez que el punto neurálgico (García Meza) ha sido superado".
La Junta de Comandantes, integrada por los generales Celso Torrelio y Waldo Bernal y el contralmirante Oscar Painmo, con plenas atribuciones, dispuso como primera medida la suspensión de las activídades laborales en todo el país, una decisión encaminada a neutralizar la posibles respuesta al llamamiento a la huelga general indefinida hecho por la Central Obrera Boliviana. Ayer, dos fábricas fueron ocupadas por agentes del Ministerio del Interior.
Jaime Paz Zamora, elegido vicepresidente en las elecciones del año pasado, declaró que deben otorgarse inmediatamente las libertades constitucionales al pueblo boliviano. "Creo que la renuncia de García Meza", afirmó Paz Zamora, "es un hecho histórico para dar paso a la democracia en mi país, que atraviesa la peor de las crisis que haya conocido".
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