La madurez de un "ballet"

La madurez del Ballet Clásico Nacional, creado hace tres años bajo la dirección del solista del Maurice Bejart Víctor Ullate ha quedado confirmada en sus actuaciones del Festival Internacional de Santander, queha tenido un arranque multitudinario. La noche del pasado sábado, la lona de la plaza Porticada fue escenario de una de sus asignaturas obligatorias balletísticas, con un programa variado en el que, junto al rigor tecnicista del Paso a dos, de Saint Saéns, el elenco de Víctor Ullate ofreció Bach, con coreografía de Maurice Bejart precisamente; el Petite a petite, de Martinu, y tres muestras nacionales a cargo de Turina (Rapsodia sinfónica), Albéniz (Albaicín) y Ernesto Halffter (Rapsodia portuguesa), las tres con coreografía del propio Víctor Ullate.El programa de la segunda jornada de la Porticada ofreció un Strauss con coreografía de fflejart, el Serait-ce la mort?; un Bela Bartok, Contrastes, visto por Magui Marin,y El pájaro de fuego, de Stravinsky, en el que Víctor Ullate, considerado por Bejart como «uno de los bailarines más completos que ha visto en la vida», hizo gala de una asombrosa, bella y efectista dureza expresiva.

Víctor Ullate ofrecerla después su impresión sobre la marcha del Ballet Clásico Nacional, que, en su opinión, tiene «un nivel internacional, muy profesional». «De eso me encargo yo»,dijo. «Ahora ya no está en período de preparación y puede compararse con cualquier compañía extranjera. No es porque sea nuestra compañía, pero creo que muchos países podrían aspirar a tener un ballet como éste».

Sin negar la influencia de Bejart, «que es un genio», Víctor Ullate considera que tiene un estilo propio y que, de momento, los resultados del Ballet Nacional son excelentes tanto de cara al público tomo en cuanto a la critica. «Este es el sueño de un bailarín. Ya sabes que un bailarín a los 35 o 37 años está acabado.