Las Brigadas Rojas liberan al dirigente democristiano Ciro Cirillo

Las Brigadas Rojas italianas liberaron en la madrugada de ayer al dirigente demócrata cristiano de la región de Nápoles Ciro Cirillo. Con ello, la organización terrorista parece poner Fin a la campaña de secuestros iniciada hace tres meses, demostrando que sigue siendo capaz de actuar de aguafiestas en la vida política del país, a pesar de los duros golpes infligidos por la policía.La liberación de Cirillo pone fin a una prueba de fuerza entre las Brigadas Rojas y las instituciones políticas italianas, especialmente la Democracia Cristiana (DC), que ha salido aún más desestabilizada del enfrentamiento.

La víspera de la liberación, la DC tuvo que aceptar, según la organización terrorista, la entrega de unos 150 millones de pesetas en concepto de rescate. Esto ha despertado las iras del Partido Comunista italiano (PCI), para quien el "financiamiento de una organización terrorista constituiría una de las faltas más graves de la Democracia Cristiana".

Por otro lado, la acción de este grupo ha tenido como efecto suscitar violentas polémicas en el seno de los sindicatos, sobre todo a raíz de las declaraciones del dirigente sindical socialista Enzo Mattina. Según él, las Brigadas Rojas contaban con apoyos en el interior del movimiento sindical, declaraciones ratificadas implícitamente por el ministro socialista del sector nacionalizado, Gianni de Michelis, lo que provocó una violenta polémica con el PCI.

Apoyo sindical

Las Brigadas Rojas han demostrado que, a pesar de los golpes recibidos -se las creía diezmadas-, mantienen la suficiente fuerza e implantación como para haber realizado su campaña de secuestros y haber mantenido en su poder a Cirillo durante 88 días.

Lo único que no ha logrado la organización terrorista ha sido romper el muro de silencio de la Prensa italiana. Los grandes diarios de difusión nacional se negaron a publicar el manifiesto revolucionario de los brigadistas.

Mientras tanto, Radio Moscú acusó ayer a la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA) de favorecer las actividades terroristas de las Brigadas Rojas y de los grupos neofascistas, con "el fin de agravar la tensión en Italia y fomentar un golpe de Estado".