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Reportaje:Centroamérica: la política de los extremos / 4

El ejército salvadoreño rechaza tajantemente cualquier negociación con la guerrilla

Desde su punto de vista, la propuesta de negociación, que respalda la Internacional Socialista, no sería sino un síntoma de debilidad de la guerrilla, que se siente incapacitada para inclinar de su lado la balanza militar. El social-cristiano Rubén Zamora, dirigente del Frente Democrático Revolucionario (FDR), opina justamente lo contrario: "Precisamente porque somos fuertes, porque tenemos capacidad militar y el apoyo político del pueblo es por lo que planteamos una salida política que permita comprobar la fuerza real de los dos bandos".La búsqueda de una salida política está motivada, según las fuerzas rebeldes, porque en otro caso la guerra va a ser muy larga. "Ninguno de los contendientes puede derrotar al enemigo a corto plazo, y las fuerzas revolucio narias no están interesadas en que se siga derramando sangre". "No rechazamos las elecciones", continúa Rubén Zamora, "pero creemos que un proceso electoral sólo tiene sentido si hay condiciones para que el pueblo pueda expresarse libremente".

Incluso una institución con servadora como el Colegio de Abogados de San Salvador se ha negado a participar en la elaboración de las leyes electorales, porque opina que en las actuales circunstancias no existe ninguna garantía para la limpieza del proceso. En todo el país rige la ley marcial, están suspendidos los derechos de reunión y asociación, y todos los medios informativos están sometidos a censura previa.

"En esta situación", añade Zamora, "las elecciones pueden servirle al régimen para hacer otra mascarada, pero la oposición no tendrá la menor oportunidad de manifestarse. Y eso sin tener en cuenta que las fuerzas armadas han publicado una lista de 138 personas entre las que se encuentran todos los líderes de la oposición, a los que han prometido per seguir sin descanso como terroristas y traidores a la patria".

La victoria militar, prioritaria

Para el ministro de Defensa, todo esto no pasan de ser bagatelas. La paz sólo puede llegar como fruto de un aplastamiento militar de la guerrilla. "Las condiciones están a nuestro favor. No podría decir que la subversión haya sido derrotada totalmente, pero el éxito está cerca". Primero, la victoria militar; luego, las elecciones. Esta parece ser la consigna del Ejército. "Las elecciones podrán celebrarse. Para febrero o marzo tendremos un control absoluto del país".

Las condiciones en que se vayan a realizar los comicios no parecen preocupar a los militares. Al fin y al cabo, en las actuales circunstancias el partido rnás progresista que podrá presentarse a las elecciones será el democristiano, suficientemente "domesticado" después de compartir el poder con los militares durante más de año y medio.

Pero en las filas democristianas no existe, la unanimidad que el presidente Duarte pretende hacer ver. Varios de sus dirigentes opinan que es necesario llegar a algún tipo de acuerdo con la oposición para poner término a la guerra. De lo contrario, cualquier elección no pasaría de ser una farsa.

De nada sirven las garantías del ministro de "Defensa: "Las fuerzas armadas no vetarán a ningún partido, siempre que respete las leyes". La oposición sólo aceptaría la salida a la luz pública después de haber concertado una serie de condiciones garantizadas por mediadores internacionales. Entre esas condiciones están el cese de la represión, derogación de las leyes de guerra, plena libertad de expresión y sustitución de los altos mandos del Ejército.

Esta última exigencia, que las fuerzas rebeldes consideran básíca para la fiabilidad de bualquier proceso electoral, endurece lógicamente la posición de la cúpula militar, consciente de que todo acuerdo con la oposición significaría su defenestración política.

De ahí que los militares traten de negar por encima, de todo que las organizaciones guerrilleras tengan un verdadero propósito negociador. "Hemos capturado un documento en el que revelan que quieren la mediación sólo como una táctica militar que les permita ganar tiempo", afirma García. El FMLN rechaza esta afirmación como una insidia. En todo caso, una de las fuerzas guerrilleras, las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), se ha mostrado habitualmente reacia a Cualquier negociación, aunque el desarrollo de la guerra parece haber moderado su actitud a este respecto.

Algunos de los máximos dirigentes de la guerrilla manifiestan abiertamente en sus informes internos que la negociación es el único camino para evitar al país una destrucción casi total. Precisamente porque. en otro caso el FMLN tiene capacidad para seguir luchando por largo tiempo.

Washington apoya al Ejército

El único factor que puede forzar la negociación es Estados Unidos, pero la Administración Reagan comparte, hoy por hoy, la teoría del Ejército salvadoreño de que es posible destruir a la guerrilla antes de las elecciones de marzo. Líderes socialistas que han intentado una aproximación a las autoridades norteamericanas hablan de una extremada cerrazón ante cualquier propuesta negociadora. La opción estadounidense sigue siendo la guerra contra la infiltración comunista para pacificar el país antes de los comicios.

Un ginecólogo, Jorge Bustamante, es el encargado de preparar estas elecciones como presidente del Consejo Electoral. En una oficina protegida por numerosos soldados, este médico salvadoreño asegura que el clima de violencia disminuirá a medida que el pueblo vea que son posibles unas elecciones limpias.

"Podrán participar todos aquellos que respeten las reglas democráticas. Esto deberá decidirlo el Consejo de Elecciones, y no estamos dispuestos a dejarnos manipular por nadie. Nuestro apoyo es el llamamiento que hicieron las fuerzas armadas el 15 de octubre de 1979, en el que se comprometieron a que el pueblo pudiera elegir a sus representantes".

Jorge Bustamante no tiene inconveniente en admitir que en El Salvador todas las elecciones habidas desde 1931 han sido fraudulentas. "Efectivamente, las urnas llegaban semivacías a las alcaldías, y al día siguiente aparecían llenas. Esto ha sido así. Pero por primera vez la ley electoral va a imponer severas sanciones a quien manipule el proceso, incluyendo destituciones de comandantes militares o alcaldes por hacer proselitismo".

Al máximo responsable del proceso no le preocupa demasiado que no se haya hecho ningún censo desde 1970. "Para votar es necesaria una cédula de identidad que muchos campesinos no la sacan nunca porque no la necesitan. Pero seremos rigurosos. Quien quiera votar tendrá que sacar la cédula, de lo contrario no podrá hacerlo. Si vota el 51% del electorado lo consideraremos un éxito".

En la actualidad hay cinco partidos inscritos legalmente. Uno de ellos es el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), integrado hoy en el FDR, y que dirige el presidente de esta coalición opositora, Guillermo Ungo. "El FDR no está inscrito", dice Jorge Bustamante; "por ahora es sólo una coalición de apoyo a la guerrilla. Si deponen las armas y se acogen a la amnistía podrán participar también".

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