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Marruecos acusa al Polisario de boicotear el referéndum sobre el Sahara

Las ocho condiciones para aceptar el referéndum en el Sahara occidental anunciadas el jueves en Argel por el Polisario, aunque más o menos conocidas, han sido acogidas con desagrado en Rabat, que las considera, por su contenido maximalista, un intento de boicotear la actual dinámica de paz".

La interpretación dada por Rabat a la resolución sobre el Sahara de la reciente cumbre de Nairobi y las condiciones anunciadas ahora por el Polisario están tan alejadas que sólo se puede ser pesimista en cuanto a la posibilidad de que se pueda llegar a un entendimiento aceptable para ambos.

El escollo más importante está en la exigencia de que las fuerzas marroquíes se retiren del Sahara hasta 150 kilómetros al interior de la frontera de Marruecos con el territorio. Este es precisamente el único punto sobre el cual el rey Hassan II respondió con un rotundo y categórico "no".

La petición del Polisario encuentra de todas maneras apoyo en las resoluciones de la Asamblea General de la ONU de noviembre de 1980, que solicitaban la retirada de las tropas y la Administración marroquí con anterioridad al referéndum.

También es verdad, no obstante, que sólo después de la resolución adoptada en septiembre de 1980 por el comité ad hoc de la OUA sobre el Sahara, la llamada Freetown II, que no exige la retirada previa de las tropas ni de la Administración marroquí, el rey Hassan II creyó que le era posible aceptar, como lo hizo el 25 de junio último en Nairobi, la celebración de un referéndum de autodeterminación para los saharauis.

Consulta libre y honesta

Resolución de la ONU o resolución de Freetown II, lo que está en discusión es la necesidad de que la consulta a celebrar sea realmente libre y honesta, y para ello el comité ad hoc, que la OUA ha creado en Nairobi y ha dotado de plenos poderes para decidir las modalidades del referéndum, tendrá que hacer prueba de gran tacto para evitar que la resolución, cuyo espíritu verdadero es permitir que los saharauis se autodeterminen con total libertad, no sea vaciada de todo contenido por los principales interesados.Pero también es verdad que en Rabat el rey Hassan ll al afirmar que el referéndum sólo puede ser confirmativo, y todos los partidos políticos al proclamar que lo aprueban, siempre que no ponga en tela de juicio la soberanía marroquí sobre el territorio, han dado pie a que algunos duden de la sinceridad de las intenciones marroquíes.

El ministro de Asuntos Exteriores francés, Claude Cheysson, que ha anunciado el viernes en París que viajará a Argelia y Marruecos, en donde presumibiemente intentará llevar a cabo una mediación francesa en el conflicto -mediación que le solicitaron argelinos y polisarios, y que Hassan II no rechazó en principio-, tendrá seguramente que tranquilizar al Gobierno marroquí sobre las verdaderas intenciones de Matignon, y probablemente recurrir al argumento de diferenciar las actitudes de Gobierno y las actitudes de partido, para explicar las declaraciones de Alain Vivien.

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